Este año se han cumplido nada más y nada menos que 110 años del derribo de las murallitas de Cádiz, las mismas que tantas veces quisieron destruir franceses e ingleses en sus numerosos asaltos a Cádiz. Un acontecimiento que nuestra ciudad vive en una jornada de fiesta.

Para eso, debemos retroceder hasta aquel sábado 3 de Marzo de 1906, día declarado festivo por el Ayuntamiento de Cayetano del Toro, encargado de las obras. Su importancia así lo merecían. Las primeras en caer serán las murallas entre San Carlos y la Fábrica de Tabacos. Ocho oficiales y noventa y un albañiles se encargarán de ello.

El pueblo de Cádiz se entrega a cualquier acontecimiento y con éste no iba a ser menos. Así que imaginen a unos 20.000 gaditanos rodeando las zonas a derribar entre gritos de: «Viva Cádiz», «Viva Moret» o «Viva Del Toro». Es la hora de almorzar y la música comienza a sonar animando las calles y creando el ambiente festivo pretendido.

A las tres y diez de la tarde, centenares de cohetes anuncian al respetable el esperado momento: el alcalde Cayetano del Toro con la palanqueta de plata en la mano se dispone a empujar la primera piedra que cae a la calle Isaac Peral. Piedra por cierto que se le entrega al presidente de la Sociedad de Pescadores con un objetivo: que sea la primera de la estatua que se le hará a Moret, principal responsable de la regeneración de Cádiz.

La jornada continúa con su ambiente festivo. Familias gaditanas pasean por parques y calles en medio de una gran animación e incluso se congregan en San Juan de Dios dispuestos a aclamar y escuchar al alcalde que se dirige a ellos.

@ManoloDevesa