La Bella Escondida es a día de hoy una de las torres miradores más conocidas de Cádiz. Pero no siempre lo fue. Por precisamente por su desconocimiento que el periodista gaditano Bartolomé Llompart la bautizó con el sobrenombre de la Bella Escondida. La peculiaridad de esta torre está en su localización: en la azotea de un edificio que hace que sea imposible verla desde la calle. Muy pocos lugares en Cádiz pueden asomarse y contemplarla. Desde nuestra azotea la vemos cada mañana y precisamente por eso nos ha parecido una imagen sorprendente cuando nos hemos dado cuenta de la enorme bandera republicana que cuelga de ella desde esta mañana. Aparece además el 14 de abril, día en que se instauró la Segunda República aunque bien que podría servir como llamada de atención para que se repare…

Situada en el número 13 de la calle José del Toro, la Bella Escondida tiene detrás una leyenda que la ahce aún más atractiva. Dicen que «La Bella Escondida» fue construida por encargo de un adinerado y triste padre que la mandó a hacer para que su joven y angustiada hija, recluida en el convento de la calle Feduchy, pudiera contemplarla. De modo que cada vez que la chica mirara a la torre no viera si no el amor que su familia le profesaba desde el exterior.

@ManoloDevesa