La tragedia ocurrida en Valencia a causa de la DANA que atravesaba esta semana el país y que sigue sumando víctimas mortales (a día de hoy más de doscientas) continúa ocupando horas en radio y televisión y páginas en los principales periódicos. Los Reyes Felipe VI y Letizia Ortiz acompañados del presidente Pedro Sánchez y el de la Generalitat Carlos Manzón han visitado hoy uno de los lugares más afectados y se han encontrado con la indignación y la protesta de sus vecinos que ha acabado con insultos, lanzamiento de barro y hasta de un palo que a punto ha estado de darle al presidente del Gobierno.
Aunque no justificable, el comportamiento es comprensible si nos referimos sobre todo al pueblo valenciano que ha perdido absolutamente todo. Luego ya se sabe que en todas las casas se cuecen habas… Pero quedándonos con las víctimas de esta terrible DANA la desesperación debe ser inimaginable. Y es comprensible su comportamiento sobre todo si en las últimas horas lo que el pueblo ha visibilizado ha sido el enésimo pulso político entre los dos principales partidos de España. El Gobierno de Pedro Sánchez y el PP echando balones fuera en vez de reconocer cada uno su parte de responsabilidad en todo esto y ponerse a trabajar por el bien de los ciudadanos. Mientras esto ocurría el pueblo daba una tremenda lección que ha debido sacarles los colores incluso teniendo la desvergüenza que están demostrando tener. Cientos de españoles han acudido hasta Valencia para prestar su ayuda y aunque éstas por parte del Estado han ido llegando al pueblo valenciano, lo han hecho tarde e insuficientemente. Aun se encuentran desaparecidos muchísimas personas y las calles continúan totalmente destrozadas. Sabemos que es complicado lidiar con una catástrofe de estas características. Pero si encima la imagen que dan es la de la eterna pelea política. ¿Qué pretendían con ese paseo por Paiporta, uno de los pueblos más afectados de Valencia? ¿Creían acaso absortos en esa especie de burbuja en la que anda la clase política que serían recibidos en olor de multitudes?
Hace tiempo que el pueblo empezó a hartarse de la política de tanto gesto y tan pocos hechos. Cuando ante una tragedia de tal magnitud lo que la ciudadanía observa es una guerra de partidos por encima de la predisposición y la unión de los mismos por el bien de la sociedad, la reacción puede ser de todo menos pacífica. Una oposición obsesionada en señalar cada movimiento del Gobierno con el único objetivo de debilitarlo sin aportar absolutamente nada, un presidente de la Comunidad que se hace pequeño ante un hecho como éste eludiendo sus responsabilidades y un presidente del Gobierno cada día más alejado de la realidad por la pompa en la que uno debe vivir cuando se muda a Moncloa. ¿Qué futuro nos espera ante este panorama?
Entre peleas políticas, noticias no contrastadas, tertulias totalmente politizadas, dramas televisados y vergonzosos postureos, miles de bulos navegando por las redes sociales y programas de televisión incluso de esos considerados serios. Me quedo con una frase que Felipe VI ha proferido a algunas de las personas que lo increpaban en su paseo por Paiporta: «No hagáis caso a todo lo que se publica, porque hay mucha intoxicación informativa y hay mucha gente interesadas en esto para que haya caos«. De las frases más coherentes que he podido escuchar en todos estos días. Las redes sociales se han convertido en un poderoso arma política para desinformar y esparcir bulos con el objetivo de dividir al personal, enfrentarlos entre sí como ocurrió en momentos tan difíciles para nosotros como la pandemia o como viene ocurriendo durante estos duros días en Valencia o simplemente sacar rédito político.
Lo que ha pasado en Paiporta este domingo no es ni mucho menos el principio de la revolución del pueblo. Eso es una utopía y a estas alturas ya no espero a que algún día el pueblo despierte y menos que lo haga pacíficamente. Con lo fácil que sería mostrarles a la clase política lo poderoso que podemos llegar a ser si así nos lo proponemos. ¿Qué pasaría si un día ningún español acude a votar en señal de repulsa ante todo esto? Sin embargo siempre habría unos que sacasen tajada de la renuncia de otros. Así que no se engañen. No se trata de ninguna revolución. Se llama desesperación por la situación por la que están pasando desgraciadamente muchos valencianos en muchos casos e intereses políticos por parte de algunos grupos de una ideología determinada, que de esto estoy seguro que también ha habido.
@ManoloDevesa