El South International Series Festival que se ha ido me ha permitido vivir momentos que desde luego me han hecho sentir un afortunado. Uno de ellos ha sido conocer a Eduardo, uno de los 16 supervivientes de aquel horrible accidente aéreo que tuvo lugar allá por 1972 en Los Andes y del que se llegaron hacer incluso películas. La última de ellas «La sociedad de la nieve» de Juan Antonio Bayona. El caso conmocionó al mundo porque de los 45 pasajeros que volaban, los 16 supervivientes llegaron a estar 72 días en la cordillera rodeados de los cadáveres del resto que murieron bien en el acto o en el transcurso de los días. El 13 de octubre de 1972 Eduardo tenía 25 años y aquella horrible experiencia le cambió la vida. Aprovechando su presencia en el Festival por un documental que cuenta su caso, pude hablar con él y conocerle un poco mejor. Me hubiese gustado hablar más pero entiendo que el marco para un tema tan duro como su accidente tampoco era el más adecuado.
ESTUVO AQUÍ EN CÁDIZ DANDO UNA CHARLA SOBRE SU EXPERIENCIA
Imagínense lo que es tener un accidente de avión con todo lo que ello conlleva. Sin embargo uno espera el rescate y además de forma inminente. Pero no fue así. A los diez días (que se dice pronto) malviviendo en la cordillera con temperaturas absolutamente brutales, hambre y sed tuvieron que escuchar por la radio cómo se había llegado a la decisión basándose en el protocolo de dejar de buscar. A partir de ahí los supervivientes tuvieron que adaptarse a lo que había durante 62 días más. Al frío intentaban hacerle frente uniéndose todos, a la sed derritiendo los trozos de hielo en la boca que no era fácil y al hambre tomando decisiones que jamás hubiesen imaginado ya que tras intentar adquirir proteínas de cinturones o el cuero, llegaron a la terrible decisión de que los cuerpos de los fallecidos terminarían siendo su mejor fuente. De hecho se llegaron a ofrecer los unos a los otros. Aquellos que se negaron – porque la decisión era insólita – terminaron muriendo. Finalmente el 22 de diciembre de 1972, después de 72 días en la cordillera, Eduardo junto a sus primos Daniel y Adolfo con los que convivió todo este tiempo, eran rescatados en la montaña pasando a formar parte de ese grupo de 16 superviviente del accidente.
Para Eduardo no es la primera vez en Cádiz. Hace un mes y poco lo pudimos ver en la Fundación Cajasol en la plaza de San Antonio. El arquitecto estuvo allí dentro de la serie de charlas que está dando por el mundo hablando de su experiencia. Desde luego su testimonio es una lección de vida.
@ManoloDevesa
LA AZOTEA DE CÁDIZ 