El Carnaval de Cádiz 2024 es ya historia y sus recuerdos pasarán a formar parte del imaginario colectivo gaditano. Estoy seguro que dentro de 20 años lo recordaremos exclamando aquello de «eso sí que eran carnavales«. Lo peor de todo es que probablemente tengamos razón porque por entonces y si a la marea humana que inunda las calles de nuestra ciudad desde hace unos años no se le ha puesto alguna solución, dentro de una o dos décadas de nuestro carnaval solo quedará el nombre. La fiesta gaditana por antonomasia habrá sido tomada por personas que habrán bautizado además nombres y plazas de nuestra ciudad a su manera: El Palillero será la plaza de la Palillería o Palilleros. Se tomarán unas copas en la Plaza de La Mina y cuando vayan a ver El Falla irán a la plaza del Carnaval. Y lo peor es que no habrá por entonces un gaditano o gaditana que los corrija.
Que la masificación y el macrobotellón forman parte lamentablemente de casi todas las fiestas más populares de España es algo que asumimos. Sabemos que no es algo exclusivo de nuestro carnaval. Lo que no estamos dispuestos a asumir es la pérdida (otra más) de una fiesta tan familiar como la nuestra para dar paso a otra donde las coplas y en definitiva el carnaval sea lo más insignificante. Porque ¿acaso creen que las personas que superpoblaban la plaza de la Catedral este fin de semana escuchaban alguna copla? ¿Cuándo se ha visto a gente sentada en el suelo de la plaza de abastos en pleno carrusel? Cádiz ha sido siempre generosa con la gente de fuera. Acogedora y amable. Pero de ahí a esto va un trecho. «Hay que cuidar al turista» han dicho alguna vez desde el Consistorio. Me parece formidable pero no a costa de descuidar al que vive (o malvive) aquí los 365 días del año haciéndolo sentir un extraño en su propia ciudad.

Entendiendo que la solución no es fácil, dentro de lo incontrolable de la situación tiene que haber un mínimo control. Lo que está claro es que mientras que se reconozca como «un gran éxito de participación» esto que le viene pasando a nuestro carnaval desde hace unos años no arreglaremos nada. Porque significará que no somos conscientes del problema que esto desentraña. Ríos de orina por las calles por más baños públicos que se instalen, discotecas andantes que silencian a las ilegales que intentan ofrecer como pueden sus repertorios y personas borrachas desde muy tempranas horas del día. En definitiva una fiesta que se le entrega prácticamente al visitante para su uso y disfrute a costa de un gaditanismo que cada vez brilla más por su ausencia. Lo mismo ha llegado la hora de modificar una programación y sentarse a trabajar en una que se adapte a los nuevos tiempos. No sé. Por ejemplo quizás las batallas de coplas estaban muy bien con escenarios a pie de calle antes pero ahora en vista de la afluencia de público, lo mismo es hora de poner escenarios más altos para que todo el mundo puedan disfrutar y no solo las primeras filas. Extender a más lugares de la ciudad los actos con el objetivo de que el botellón no encuentre su sitio. Porque si en la plaza de Mina o en la de la Catedral, donde en su día se llegó a celebrar incluso el Pregón, se hubiesen programado actividades y actuaciones, el forastero o gaditano (que también los hay), que solo buscaba el botellón, no lo hubiese encontrado allí.
Sin embargo no es esto algo nuevo ni mucho menos. Que en Cádiz todos hemos bebido y hecho incluso botellón pero en una situación donde dentro de lo inevitable había un cierto control entre otras cosas porque no venía tantísima gente. Desde hace unos años se viene observando una enorme masificación el primer fin de semana que ha hecho que muchos gaditanos dejen de salir el primer sábado de carnaval. Ya el pasado año se pudieron vivir escenarios muy parecidos. Solo que el segundo fin de semana fue algo más tranquilo debido a que el primero a diferencia de este año no llovió. Por lo que podemos prácticamente afirmar que estamos ante unos hechos que cada año irán a más.
A diferencia de un COAC que ha mejorado sensiblemente con respecto al año anterior con sesiones más cortas y asumibles, hay que cuidar y mimar el carnaval de la calle procurando que no pierda ni un ápice de su esencia e identidad recuperando por ejemplo las agrupaciones para la Cabalgata y que en la misma suenen nuestras coplas en vez de tanto reguetón. Defenderlo de quién viene a convertirlo en algo que no queremos que sea y entendiendo sobre todo que si no lo hacemos nosotros no lo hará nadie. Impedir a fin de cuentas que nuestro Carnaval pase a convertirse en una fiesta más de las que se celebran en España perdiendo la peculiaridad que siempre la ha diferenciado de las demás.
@ManoloDevesa
Cuidar el turismo para que los empresarios hoteleros y hosteleros que la mayoria ni son de Cadiz se llenen los bolsillos y los gaditanos viviendo fuera de su ciudad por que ya no cabemos y los primeros que siempre sobran son los vecinos humildes que encima ocupaban viviendas precarias pero no se iban por que amaban si ciudad, su barrio y su vecindad , la Viña la puedes conocer con solo buscar alojamiento en «Airbnb», los propietarios se deshicieron de los inquilinos de toda la vida (les paso a mis padres ya ancianos, los pusieron en la calle para beneficiar a un hotelucho cerca de la Catedral, desde la camara de la propiedad, pasando por el ayuntamiento y el juez que tuvieron la suerte que ¿tocara? consintieron que se echaran a dos viejos de su casa, llevaban años haciendoles la vida imposible) no, nos robaran el carnaval puesto que ya han vendido la que fue nuestra ciudad
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