Sorpresa ante todo. La noticia del derrumbe de parte de la cúpula de La Castrense sobre las nueve de la noche ha producido sobre todo sorpresa porque en junio de 202 acababan las obras tras seis largos años de su rehabilitación. También alivio porque afortunadamente no ha habido que lamentar nada ya que en la tarde de hoy no ha habido misa porque el párroco estaba enfermo.
Sin embargo Elisa Montero, hermana mayor de la Cofradía de la Expiración de Cádiz, sí estaba dentro junto a dos floristas. El susto ha debido ser importante. Por suerte las imágenes tampoco han sufrido ningún daño y la cúpula no ha caído directamente al suelo de la iglesia si no sobre un techo. Rápidamente los operarios y bomberos se han personado allí para intentar averiguar el motivo del derrumbe.