El claro aviso que esconden los resultados de estas elecciones en Cádiz

La noche electoral del 28 de mayo será recordada siempre como histórica. No solo porque el Partido Popular recuperase la alcaldía ocho años después si no por la manera en que lo hizo. Durante casi toda la tarde noche del domingo, el gobierno formado por PSOE y Adelante Izquierda Gaditana era prácticamente una realidad. A pesar del bajón que experimentaba el segundo, la subida del primero y la posterior lucha en ver quién de los dos sería el alcalde. Sin embargo a última hora de la noche, las dos últimas mesas le daban la victoria a Bruno García al que solo le hacía falta un concejal para conseguir la mayoría absoluta. Una victoria in extremis y unos resultados que tienen varias lecturas aunque haya una que sobresalga de las demás: la evidente decepción de una parte de la ciudad con el Gobierno de Kichi. La sociedad gaditana solo demanda más atención. En las pequeñas cosas del día a día sobre todo y por supuesto una solución al tema de la vivienda que se ha ido totalmente de las manos. Cádiz necesita volver a pensar en grande y sentirse valorada por lo que es y no por cómo piensa.

El PP como primera fuerza y el PSOE como segunda tiene por supuesto su propia lectura también. Los gaditanos parecen haberse decantado por los partidos tradicionales mandando un mensaje más que evidente. No más experimentos. La situación en la que han quedado los nuevos partidos es más que evidente. Claro que es justo y hasta bonito que el hijo de un obrero pueda dedicarse a la política. Pero siempre y cuando esté preparado y sea capaz de transmitir esa cosa tan difícil de conseguir y tan fácil de perder que es la confianza. Tampoco el alto número de candidatos ha ayudado mucho. ¡Once en una ciudad tan pequeña como la nuestra es una locura!

La decepción y el hastío ha llevado a que cerca de un 40% de los gaditanos no voten y eso es un signo de todo menos positivo. La victoria del PP en la ciudad con mayoría absoluta incluida no es sino un tirón de orejas a un gobierno que ha dado la sensación general de despreocupación sobre todo en las cosas más simples del día a día que a fin de cuentas son de las que principalmente se debe ocupar un alcalde: la limpieza de las calles, la conservación del Patrimonio, el cuidado de parques y jardines o la preparación de las fiestas o eventos de la ciudad. Envuelto en un discurso que parece agotado a la ciudad le ha costado reconocer esa «Cádiz amable e inclusiva» de la que tanto hablaban.

Sin embargo creo que el aviso más importante que lanzan estas elecciones municipales es el auge de la ultraderecha en la ciudad que aunque en menor medida que en otras localidades avanza sin prisa pero sin pausa. Poca broma con eso. Es un aviso en toda regla a una izquierda dividida y entretenida en otras cuestiones y a esa derecha moderada que representa Bruno Garcia cuya misión será cumplir las expectativas que se tienen puestas en él. Porque la ventaja de tener a una Junta de Andalucia y una Autoridad Portuaria gobernadas por su partido se puede convertir en un arma de doble filo. Claro que muchos de los proyectos dependientes de estas administraciones ahora podrán salir adelante. ¡Ojalá sea así! Pero ¿qué pasará si aún así no lo hacen?

@ManoloDevesa

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