Ayer lunes la asociación de vecinos El Carmen de los barrios de El Mentidero y San Lorenzo celebraban una cabalgata de Reyes gracias a la colaboración de los establecimientos hosteleros y comerciales de la zona. Ha sido en esa cabalgata en la que se ha podido ver un oso parecido al del año pasado provisto de un collarín en clara alusión a la anécdota que protagonizó la pasada Cabalgata oficial.

Desde luego si me dicen el 5 de enero del año pasado en el que medio Cádiz despotricaba (con razón o sin ella) contra el Ayuntamiento gaditano por el ridículo del oso y las princesas aparecidas en la Cabalgata de Reyes, que en solo un año se iban a convertir en todo un reclamo, no me lo hubiese creído. El mismísimo Yuyu ha sido el encargado de pedir que el oso de la cabalgata, que llegó a ocupar minutos en la televisión nacional, vuelva a salir en la de este cinco de enero. Sin embargo el denominado como «oso perjudicado» no saldrá por una decisión coherente del Ayuntamiento. «No son los niños los que lo piden, sino los adultos» ha dicho con toda razón la concejala Lola Cazalilla. En Carnavales ya se verá.

Es cierto que reconociendo que nuestra Cabalgata de Reyes nunca se ha caracterizado por su espectacularidad, quizás la aparición del oso le hubiese dado el empuje para que la gente de la provincia apueste por nosotros la tarde del cinco de enero con todas sus consecuencias. Aunque a decir verdad, lo más lógico sería trabajar por una Cabalgata más decente y dejar el humor para febrero. Lo que sí que tengo claro es que si me produce curiosidad qué pensarán hoy día de puertas para adentro el equipo de Gobierno que se comió las críticas el año pasado, me la produce mucho más las caras de aquellos cuyas críticas solo formaban parte de una estrategia política basada en más «criticar por criticar» con tal de debilitar a su contrincante político que por el bien de la ciudad escuchando las peticiones para la vuelta del oso. Ahí me viene que ni pintada esa frase de la gran Paloma Cuesta en «Aquí no hay quien viva»: Las caras, Juan, las caras…

@ManoloDevesa