Desde luego no nos va a faltar una experiencia por vivir. Después de unas cuantas crisis y una pandemia (que se dice pronto), Europa vive ahora con el corazón en un puño la guerra entre Rusia y Ucrania. Una guerra que traerá unas consecuencias nefastas para todos. A la luz batiendo récords de subidas desde el pasado año se suma ahora el gas y la gasolina que están alcanzando unos precios de auténtico vértigo y que va a provocar una huelga de transportistas (convocada para el día 14 de marzo) que podría dar paso al desabastecimiento de mercancías en cuestión de días. Si en las primeras semanas del confinamiento el papel higiénico se convirtió en el producto más reclamado, ahora es el aceite de girasol, ya que un alto porcentaje del que solemos consumir viene de Ucrania. Por eso las estanterías de muchos supermercados ya notan el miedo al desabastecimiento de los ciudadanos que temen a quedarse sin aceite lo primero. Es por eso que muchos comercios han decidido poner un límite en las ventas: cinco litros como máximo por consumidor.

A esto se le suma el temor a que los precios de los alimentos en general peguen un subidón y que la huelga de transportistas se alargue en el tiempo y efectivamente comiencen a faltar mercancías. Prueba de ello son las grandes compras que se están viendo en estos días en los supermercados. Compras cuyo objetivo es la provisión de alimentos por cuestión de seguridad.

@ManoloDevesa