Numeroso público a las puertas de la iglesia San Lorenzo en la calle Sagasta. Hay un silencio atronador que es sinónimo de la pena que cada uno de los asistentes lleva consigo. Lo de Juan Manzorro ha sido un palo en toda regla. Un palo a los amigos, familiares y compañeros que se han interesado por él y que a pesar de verse venir el fatal desenlace no se hacían la idea. A las 9.30 los restos mortales del locutor gaditano nacido en Vejer de la Frontera Juan Manzorro Burguillos, fallecido en la noche del 27 de febrero víctima del cáncer que padecía, entraban en la iglesia ante las lágrimas de los presentes llevado por sus compañeros de profesión. «¡Qué pena más grande» ha sido la frase más repetida junto a aquella que realzaba su humanidad: «¡Es que Juan era tan bueno…».

Entre los asistentes muchos compañeros de profesión: Soco López, Paz Santana, Manolo Casal, Modesto Barragán, Manoli Lemos, Manu Sánchez, Carmen Paúl, Germán García, Jesús Devesa o Fernando Pérez entre otros. En la parte política, la que fuese alcaldesa de la ciudad Teófila Martínez junto a Juancho Ortiz y los socialistas José Pacheco y José Ramón Ortega. El alcalde José María González se personaba en el día de ayer en el tanatorio.

Un momento especialmente emotivo ha sido cuando Fernando Pérez, desde el atril, se ha roto al pronunciar unas palabras sobre su amigo y compañero desde hace más de treinta años. En el caso de Fernando es la segunda pérdida de un compañero en muy poco tiempo ya que el locutor Jaime Velasco con quien le unía una sólida amistad fallecía el pasado 5 de febrero. «Espérame ahí arriba Juan, para que cuando suba estemos los dos juntos como siempre«. Su viuda, la periodista Mónica de Ramón, que ha estado al pie del cañón con Juan hasta sus últimas horas, se fundía en un cálido abrazo con Fernando. Desde LA AZOTEA desearle mucha fuerza y ánimo.

Juan Manzorro será enterrado en Chiclana junto a su madre, a quien nombraba muchísimo en cualquier acto público: mamá Gertrudi. Ahora madre e hijo volverán a reencontrarse.

@ManoloDevesa / Fotos: La Voz de Cádiz