Después dicen que Cádiz no defiende sus intereses. Hay una campaña «la má de grande» para que el Carnaval se celebre en febrero tras la decisión del Ayuntamiento de Cádiz de dejarla para la primavera por el miedo a que tras las navidades, una nueva ola de contagios de Covid-19 se vuelva a llevar la fiesta grande de la ciudad por delante. Los más puristas lo tienen claro: saldrán en la fecha original que es la del 26 de febrero al 6 de marzo. En esos días las calles de Cádiz, si las circunstancias sanitarias así lo permiten, no se quedarán vacías ni muchos menos al contar con numerosas agrupaciones ilegales y romanceros. En el caso de las primeras se han llegado a confirmar unas cuarenta y en cuanto a los segundos, la Asociación de Romanceros ya ha confirmado por unanimidad su intención de salir también en febrero. Hasta Juancho Ortiz del PP, amén de sacar tajada como el resto de la oposición de la impopular decisión de Kichi, todo hay que decirlo, anda medio loco intentado que el carnaval se celebre en su fecha amenazando incluso con votar en contra de cambiar el Lunes de Resaca a junio privando a los gaditanos de tener así su festivo en medio de estos atípicos Carnavales. Sin embargo no son los únicos: grupos reconocidos como la chirigota del Bizcocho, el coro de Julio Pardo o la comparsa de Antonio Martínez Ares, por citar solo tres, también han anunciado que saldrán a la calle en febrero aunque sin renunciar a concursar también en el COAC 2022 que se celebrará tras Semana Santa. En el caso de Martínez Ares con cambio de nombre en su agrupación: de «La Ciudad Invisible» a «Los Sumisos». Me descoloca este cambio. No sé si responde a toda una declaración de intenciones o es simplemente cuestión de márketing caranavlesco, que también lo hay. Ya lo comprobaremos…
Todo este revuelo me recuerda a aquel que se armó hace unos años cuando el Perdón muy a su pesar tuvo que dejar de salir a las tres de la mañana del Viernes Santo adelantando su salida a la una. En aquellos días la frase «Perdón a las tres» recorrió desde las barras de los bares a los estados de las redes sociales de medio Cádiz. Igual ocurre ahora con el «Carnaval en febrero». Hay cosas que en esta bendita tierra son intocables. Nos pueden dejar a medias el Pabellón Portillo, el Teatro José María Pemán o la Pérgola de Santa Bárbara. Podemos ver incluso el crimen que se comete con los terrenos de la Zona Franca o la Institución, sufrir las consecuencias del problema que supone la peatonalización de gran parte del casco antiguo o el de no construir más viviendas sociales en Cádiz. Por no hablar del recochineo existente con el pliego del transporte público, el de la limpieza, el proyecto de Valcárcel o el nuevo Hospital. Para todo eso siempre hay alguna excusa con la que aminorar el problema. Pero ay amigo, «toito te lo consiento», que decía aquel, menos que te metas con el Carnaval o la Semana Santa. Hasta ahí podríamos llegar. Después dicen que Cádiz no lucha por sus intereses, me cachis en la mar…
@ManoloDevesa