Si 2020 nos brindó la oportunidad de ver cosas que jamás creímos que veríamos, el 2021 sigue en esa tónica. Tras el duro año que ha pasado el comercio y la hostelería en general, la llegada de turistas que alegrasen la economía de las tiendas y bares de la ciudad era ansiada por todos. Tras más de un año sin la llegada de ningún crucero, hoy Cádiz recibirá al primero de ellos, el Mein Schiff 2, pero con una sorprendente novedad. Los cruceristas no podrán entrar, debido al protocolo de la Junta de Andalucía, a ninguna tienda ni bar por motivos de seguridad.
¿Qué sentido tiene entonces la llegada de turistas si la opción de revitalizar la economía de la ciudad no está entre ellas? Aquellos que opten por bajarse del barco para ver al menos nuestras calles o monumentos lo harán a través de una excursión previamente contratada desplazándose en grupos burbujas. Eso hará que estén totalmente controlados incluso con geolocalización y que no puedan tener contacto con ninguno de nosotros ni entrar a ninguna tienda o bar. Los pasajeros del Mein Schiff 2 ni podrán probar nuestra maravillosa gastronomía ni llevarse algún recuerdo de aquí más allá del placer de ver nuestros bonitos rincones o hacerse alguna foto de postureo para el Instagram.
Los 1800 cruceristas que trae el crucero tendrán que acatar las fuertes medidas de seguridad si no quieren tener problemas. Porque si alguno de ellos se saltase estas medidas, la compañía podría dejarlo en tierra perfectamente. En cuanto a la tripulación que ronda las seiscientas personas, se han sometido a test y cuarentena antes de operar.
Es la primera visita de un crucero que deja al comercio de la ciudad con una agridulce sensación: agria porque no se beneficiará en nada de la llegada de los esperados cruceristas pero dulce porque solo será en principio hasta el 5 de julio, fecha en la que se supone que el protocolo de la Junta de Andalucía ya dará libertad para que puedan entrar y salir del barco cuando les apetezca. Todo parece estar controlado aunque con la picaresca del ser humano y encontrándonos en la ciudad en la que estamos, eso nunca se sabe…