Cuando se dio a conocer de manera oficial que los carnavales de Cádiz no se celebrarían por la pandemia del Coronavirus, fueron muchos los que pensamos en el duro palo que eso significaría no solo para la economía de la ciudad si no para el propio gaditano que encuentra en esta fiesta la excusa perfecta para evadirse de una ciudad con tantos problemas. «Algunos graciosillos saldrán» decían algunos con toda la razón del mundo. Si en Cádiz sabemos hacer algo a la perfección es reírnos de nosotros mismos y reconocer que en cuanto al carnaval, no hay peras que valgan.
Sin embargo en el día en que Cádiz hubiese celebrado probablemente un largo Carnaval Chiquito por pasarse la fiesta del Día de Andalucía al lunes, me gustaría dejar constancia de que el pueblo gaditano ha dado una lección magistral que ha callado las bocas de aquellos que no confiaban en que una ciudad con tantos jartibles por metro cuadrado pudiesen ser responsables ante la situación que vivimos. Les confieso que el Domingo de Coros y el Lunes de Carnaval paseé a conciencia en busca de la anécdota más que de la denuncia. Sin embargo me vine no solo con la sensación de tristeza por ver como un maldito virus nos había arrebatado nuestra fiesta grande, si no con un enorme orgullo por el comportamiento de toda la ciudad. ¡Qué lástima que eso no salió en los informativos de la tele como aquel vídeo de los botellones en la playa o cuando el Cádiz CF subió a Primera División! Es lógico, un hecho se convierte en noticia cuando está fuera de lo «normal» dirán algunos. Puede ser. Eso o que al final tengan que reconocer que la sociedad es más responsable de lo que muchos piensan. Pero entonces ¿Sobre quién volcarían sus irresponsabilidades? ó ¿con qué excusa seguirían dividiéndonos?
@ManoloDevesa