Estados Unidos vivía ayer una de las jornadas más tensas de los últimos años. Centenares de personas, manifestantes pro-Trump sobre todo, se plantaron en el Capitolio rompiendo los cordones de seguridad, ventanas y tomando al asalto el edificio. Lo hacían jaleados por las numerosas declaraciones de Donald Trump que sin ningún tipo de complejos instigaba al asalto de sus simpatizantes al Capitolio durante la ratificación de Biden.

El mundo vivía atónito lo que ocurría en el hemiciclo por televisión y las fuerzas de seguridad lograban retomar el control del edificio tras detener a unas 26 personas. La nota triste ha sido la muerte de cuatro.

Que importante es el mensaje del político a sus seguidores. En España deberíamos de darnos cuenta desde ya viendo lo que ocurría en el día de ayer en EEUU. Ya hoy desde la ultraderecha, lejos de condenar el asalto al Capitolio, lo que se hace es volver a dividir a la gente culpando a la izquierda de lo ocurrido. Aunque hay una clara diferencia entre rodear y asaltar, Albert Rivera ha hecho lo mismo en sus redes sociales recordando cuando la izquierda rodeó el Congreso en su día. En la izquierda las cosas no están mucho mejor. De aquellas declaraciones blanqueando el acoso a miembros del PP a sufrirlos ellos mismo. Solo Sánchez y Casado parecen haber condenado sin más lo sucedido en EEUU. Pero no se emocionen porque en cualquier momento, la guerra entre ellos también puede estallar.

De las palabras a los hechos no va un trecho precisamente. Puede ser el preámbulo a un golpe de estado perfectamente. Si desde la izquierda más radical los ataques a la derecha incluyeron eso que llamaron «jarabe democrático», desde la ultraderecha se lleva llamando al Gobierno de Sánchez e Iglesias votado en las urnas ilegítimo prácticamente desde el primer día. Son mensajes que al final va calando en la ciudadanía con el serio peligro de provocar lo que ayer pudimos ver en el Capitolio.

@ManoloDevesa