El anuncio de la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socia, la biotecnológica alemana BioNTech de que su vacuna experimental contra la COVID-19 tiene una efectividad que supera el 90% ha alimentado las esperanzas de medio mundo que ven en ella la única solución para acabar con esta pesadilla. Según las compañías esta eficacia se logra siete días después de la segunda dosis de la vacuna y 28 días después de la primera no destacándose efectos secundarios importantes en los voluntarios a los que se le ha administrado.
Aun así habrá que tener cautela puesto que los resultados han sido ofrecidos directamente por las propias Pfizer y BioNTech. Habrá que esperar a que científicos independientes (¿?) los revisen y los hagan público y despejar algunas incógnitas como por ejemplo el tiempo de la protección de la vacuna.
Sea como fuere, la noticia ha alimentado las esperanzas de medio mundo y y ha animado a la bolsa española a conseguir la mayor subida en diez años y medio. Entre ellos el Ibex 35 que ha experimentado una fuerte subida ante lo que puede considerarse una buena noticia. La Comisión Europea firmaba un preacuerdo con Pfizer y BioNTech para reservar en nombre de los veintisiete países que la conforman un total de 200 millones de dosis, ampliables en otros 100. España se beneficiaría de una parte proporcional de estas dosis.
Sin embargo es cuanto menos curioso que el anuncio se haya hecho coincidiendo justo con la victoria de Biden en EEUU y la caída de Trump quien ya ha mostrado su enfado porque el anuncio no se haya hecho antes. Habrá quien piense que el anuncio de la farmacéutica es demasiado oportuno justo en este momento. El caso es que una vez dado este paso lo que se espera es que las autoridades sanitarias de Estados Unidos autoricen para finales de este mes de noviembre su uso de emergencia. Pfizer espera producir a nivel mundial hasta 50 millones de dosis de vacunas en 2020 y hasta 1.300 millones de dosis en 2021. El negocio está asegurado.