Caramba con Carranza

El plazo para votar el nuevo nombre del Estadio Ramón de Carranza concluía ayer después de una semana de votaciones. El Ramón de Carranza pasará a llamarse como la opción que más votos obtenga. A saber: Ciudad de Cádiz, La Pepa, Gades, Bahía de Cádiz, Gadir, Nuevo Mirandilla, Tacita de Plata o De La Laguna son las posibles nombres. Sin embargo una importante cantidad de gaditanos y gaditanas optan por seguir llamándolo Carranza por aquello de la marca que ha logrado hacerse después de tantos años. «Nadie piensa en el político cuando se refieren al Carranza» argumentan con cierta razón pero ¿quién fue realmente Ramón de Carranza? Hoy queremos ahondar un poco más en su figura.

Ramón de Carranza nace en 1863 en El Ferrol (A Coruña) no llegando a Cádiz hasta 1886. El gallego sabe hacerse con un nombre en la ciudad gracias al círculo social del que sabe rodearse. Sus altas aspiraciones lo llevan desde comprar el título nobiliario del marqués de la Villa de Pesadilla a conseguir la Cruz Laureada de San Fernando después de que él mismo la pidiese. El gusanillo de la política le pica allá por 1903 cuando entra a formar parte del Partido Conservador que funda Cánovas del Castillo y cuyo sistema es la alternancia del poder.

Su llegada al sillón de San Juan de Dios no tiene lugar hasta 1927 en plena dictadura de Primo de Rivera. Lo hace de formas poco ortodoxas. Es otro importante nombre propio de la ciudad, José María Pemán, quien lo recomienda para sustituir a Agustín Blázquez tras sus desavenencias con Primo de Rivera. Carranza se convierte así en alcalde de la ciudad hasta el final de la dictadura. Un alcalde que goza de una gran popularidad gracias a sus grandes obras como la Plaza de Toros, el edificio del cine Municipal en la Plaza del Palillero o el Hotel Atlántico aunque a costa de endeudar las arcas del Ayuntamiento al punto de tener que subastar con el tiempo terrenos de extramuros para sanear las cuentas del Consistorio. Subastas con precios inferiores a los que realmente tienen y a las que él mismo tiene acceso lo que hace agrandar su patrimonio. Su primera etapa al frente de la ciudad toca a su fin en 1931 con la proclamación de la República.

Sin embargo la etapa más negra de Carranza en la ciudad es la que comienza a raíz del golpe de Estado de 1936. Por entonces diputado nacional del partido ultraconservador Renovación Española en las legislaturas de 1933 y 1936, Ramón de Carranza se encarga, según cuenta el historiador Santiago Moreno haciendo alusión a la obra de José de Mora-Figueroa «Datos para la Historia de la Falange gaditana» (1974), de preparar con el militar Sanjurjo el golpe del 18 de julio siendo un claro partícipe. Carranza llega en avioneta desde Sevilla a Cádiz el 26 de julio cuando la ciudad está totalmente tomada por los golpistas desde el 19 para iniciar su segunda legislatura en el Ayuntamiento al que llega por la fuerza de las armas.

Según cuenta Santiago Moreno durante los meses de verano, otoño e invierno de 1936 en Cádiz se dan las peores cifras de personas encarceladas, asesinadas o desaparecidas siendo el máximo representante de la alcaldía un ya septuagenario Carranza que nombrado también Gobernador Civil de la provincia, lo primero que hace es firmar el listado de trabajadores a los que depurará. Su manera de proceder en el Ayuntamiento la llevará también a la Diputación. En septiembre de 1937 Ramón de Carranza muere en su casa de la calle Ancha pero hasta entonces al gallego no le temblará el pulso para denunciar a sus propios vecinos con las consecuencias que eso les acarreará. Es el caso del sastre Manuel Barreiro Sánchez cuyo pecado era “pertenecer a la UGT, siendo conocido como elemento perturbador”. A lo largo de 1937, Cádiz tiene sus cárceles repletas, gaditanos y gaditanas son asesinados en distintos puntos de la ciudad y cuentan que las fosas del Cementerio de San José llegan a rondar las 500 personas.

Por lo tanto es cierto que al morir en 1937 Ramón de Carranza no conoce la dictadura de Franco pero sí que colabora para que se lleve a cabo a través del golpe de Estado de 1936. De hecho Antonio Bahamonde, secretario de nada menos que Gonzalo Queipo de Llano escribió en su libro «Un año con Queipo de Llano»: “Carranza es el cacique máximo de Cádiz. Este octogenario que por su edad no debiera tener grandes arrestos, es uno de los principales promotores de la represión. Estaba lleno de odio porque el 16 de febrero unos exaltados apedrearon su domicilio, y porque al obtener las izquierdas el triunfo organizaron una manifestación en la que gritaban: “¡Muera Carranza!, ¡Abajo el cacique!”. A todas las personas que detenían, si comprobaban que habían tomado parte en la manifestación, las fusilaban.” Casi nada…

@laazoteadecadiz

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