El dulce olor del kürtőskalács o kürtős kalács, pastel típico húngaro recorre parte de la calle Compañía. Entre los bocadillos de jamón que hay al lado y las almendras garrapiñadas de Santiago, pasar por esta zona es definitivamente tentar al estómago. En Praga o Hungría se suelen vender en puestos callejeros por lo que está pensado para comer en el momento como lo hacen los miles de turistas que lo veneran. Desde hace aproximadamente un mes esta nueva oferta ocupa el local que dejaba recientemente una pequeña pastelería. Los famosos dulces húngaros kürtős, en realidad originales de Transilvania, son pasteles consistente en una fina masa fermentada que se enrolla en una barra de madera o hierro colado y que por lo general se untan en una mezcla de azúcar y nueces molidas y se pone a asar al más puro estilo kebap.

Cuando la masa está lista, el dulce queda en forma de rollo o cilindro y puede personificarse con una amplia gama de sabores añadiéndoles una cobertura de chocolate, cacahuetes, canela o fideos de colores que se completa con una extensa variedad de topping que van desde oreo a flipinos pasando Kit Kat o Chips Ahoy. Sin duda toda una tentación que habrá que probar…
@ManoloDevesa


