Tal y como muchos sospechábamos, el Estadio Ramón de Carranza no volverá a llamarse así. Tampoco Carranza a secas pese a ser el nombre más propuesto por los gaditanos en ese proceso participativo con el que el equipo de Gobierno local decidía hacer frente a la Ley de Memoria Histórica que prohíbe mantener nombres ligados al franquismo. Si tal y como apuntan, Ramón de Carranza participaba en la represión a gaditanos y gaditanas con simpatías al Frente Popular o afiliados a organizaciones afines al gobierno legítimo de la II República, es justo que su nombre sea apartado de cualquier lugar público si así lo manda la ley. Otra cosa es que el método que haya utilizado el equipo de Gobierno haya sido el más adecuado o coherente.
Poner en manos del pueblo algo tan significativo como el nombre de un lugar tan emblemático como el Carranza puede ser un arma de doble filo por muy democrático que nos pueda quedar. Sobre todo con la guasa y el cachondeo con el que se ha recibido el cambio de nombre desde el principio. Es posible que sea un sinsentido quitar el nombre de Ramón de Carranza para rebautizarlo como Carranza a secas pero ¿qué hubiese pasado si la propuesta con más votos hubiese sido la de Santiago Abascal o Francisco Franco que no han obtenido pocos? ¿No habían contemplado esa posibilidad?
El equipo de Gobierno debía haber presentado una serie de opciones y que el pueblo hubiese decidido entre ellas. Porque lo de descartar por cuestiones ideológicas en un proceso que se supone democrático queda de todo menos eso y solo alimenta a una oposición que le ha faltado tiempo para sumarse al carro de las oportunidades. Porque el PP dándole un (in) esperado giro a todo este surrealista asunto, afirmaba ayer que el día que ellos vuelvan al Ayuntamiento el Carranza volverá a llamarse así porque es como el pueblo quiere que se llame. Ellos, que han dicho por activa y por pasiva que había cosas más importantes, no prometen no volver a despilfarrar todo lo que hicieron cuando estaban en San Juan de Dios. En cambio, te prometen algo que ahora sí les parece lo suficientemente importante para captar algún que otro voto: un nuevo cambio de nombre. Pa mear y no echar gota…
@ManoloDevesa