Hoy nos situamos en uno de los barrios más castizos de Cádiz: el barrio de Santa María y nos situamos en una de sus calles más conocidas: Botica. Queremos saber a qué debe su nombre y algunos secretos de su larga historia. La calle se llegó a llamar allá por 1590 Baltasar de Calar o Calar sin que hayamos podido saber la explicación a ese nombre.
Es a mediados del siglo XVII cuando ya se la conoce como Botica aunque con el de Santo Domingo acompañándola. Lo hace porque aunque la fundación del convento dominico llegaría más tarde ya existía un pequeño hospicio. Sin embargo lo que más nos llama la atención es el origen de su nombre: ¿Por qué Botica? Ni que decir tiene que botica se le llamaba antes a lo que hoy conocemos como farmacias, un lugar donde preparar los diferentes medicamentos que pedían los clientes. Pues según aparece en las actas municipales de 1700, el 23 de diciembre podemos encontrar la reclamación del Prior de San Juan de Dios, cuya petición era la de no permitir en el barrio de Santa María ninguna botica ya que consideraba que perjudicaba a los pobres y al convento.
La calle Botica tiene otros nombres a lo largo de su historia: se llama Micio en 1855 en honor a un tribuno romano enterrado en Cádiz y José Marenco Guatier por el diputado a Cortes, general de la Armada y jefe del partido republicano en nuestra ciudad. El gaditano se hizo muy popular en Cádiz por sus intensos discursos donde defendía a la ciudad y a la Marina.
Por último y como anécdota, en el número 28 de la calle Botica nacía Antonia Gilabert Vargas, que quizás así no les suene pero si les digo que es La Perla de Cádiz, seguro que sí.
@ManoloDevesa


