Seguro que más de una vez y en relación a alguien demasiado pretencioso hemos exclamado eso de: «Este tiene más cuento de Calleja«. Pues bien, ¿se han preguntado alguna vez quién era este buen hombre y por qué tenía tanto cuento? Indagando un poco por las redes he podido enterarme de algunas cosas. ¿Os las cuento? Seré breve…
Saturnino Calleja nace en 1853 y su padre allá por 1876 abre una librería y encuadernación. Por entonces nos topamos con una España donde el analfabetismo superaba el 70% de su población pero aun así y todo Calleja no duda en comprar el negocio familiar tres años después para convertirlo con el tiempo en la Editorial Calleja. El camino es largo pero casi dos décadas después Saturnino llega a vender casi tres millones y medio de volúmenes entre España, Hispanoamérica y Filipinas.
Calleja se apoya principalmente en dos géneros que le darán muchas alegrías: los libros de texto y los cuentos. Estos últimos serán los que le darán la fama pero no deberíamos olvidarnos de los primeros. A través de los libros de texto pretende poner al alcance de los niños métodos de lectura, geometrías, geografías o historias de España, catecismos, enciclopedias, manuales de urbanidad y buena crianza o textos de apoyo como los abecedarios iconográficos adaptándolos además a la capacidad compresiva de cada niño.
Finalmente en 1884 Calleja se dedica a los cuentos publicando una cantidad impresionante a través de diferentes colecciones contando con relatos de autores como Salgari, Poe, Rider Haggar, el Pinocho de Collodi o narraciones bíblicas. Pero además, gracias a Saturnino a España llegan títulos tan conocidos hoy como los de «Gulliver» o «Las mil y una noches» a los que les imponía su peculiar estilo con un fondo moral. Calleja no vendió tantos cuentos por casualidad. Su dedicación y empeño le llevó a implantar algo tan habitual hoy como la inclusión de opiniones en los catálogos de sus libros que lo llevó a que su promoción fuese más que innovadora.
Por eso cuando se dice que alguien tiene más cuento que Calleja lo dice en alusión a la enorme cantidad de libros que Saturnino fue capaz de vender profesionalizando el oficio de editor hasta convertirse en todo un referente dentro del gremio.
@ManoloDevesa