Ayer parte del mundo celebraba el Día del Orgullo en un ambiente enrarecido por los efectos de la pandemia del Coronavirus que obligaba por ejemplo a suspender el desfile que todos los años tiene lugar en Madrid. Desde principios de esta semana y desde muchos sectores de la sociedad se ha compartido la bandera arcoiris como apoyo a un colectivo que a día de hoy aun tiene que lidiar con las mentes más retrógradas.
En Cádiz tal y como viene haciendo desde su entrada en el Ayuntamiento, José María González ha izado la bandera arcoiris en medio de una nueva polémica. Digo lo de nueva porque desde que la izase por primera vez, ha tenido que lidiar con los comentarios más homófobos de una parte de la sociedad gaditana. Principal razón por la que este tipo de gestos son aún necesarios.
Este año una sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe la utilización de banderas no oficiales en el exterior de edificios públicos ha animado a los ultraconservadores Abogados Cristianos a demandar a Kichi por prevaricación al poner la bandera LGTBI en el cuarto balcón del Ayuntamiento. La Justicia ha respaldado la demanda mandando a quitar la bandera de inmediato, cosa que se hará a lo largo del día de hoy.
Está claro que ante la ley, uno debe cumplir lo que dicta. Otra cosa es que uno se sirva de las leyes para cuestiones que poco tienen que ver con la justicia y más con creencias y prejuicios cuyo fin es el de censurar todo lo que ellos no crean que es ni moral ni correcto. Son los mismos abogados que mantienen un vínculo especial con la ultraderecha, los se querellaron en su día contra Willy Toledo, Netflix o la Guardia Civil esta misma semana por poner la bandera LGTBI en su escudo.
La justicia como excusa para condenar y prohibir aquello con lo que no están de acuerdo. Habría que ver si hubiesen reaccionado igual si la bandera que hubiese ondeado en un edificio público hubiese sido esa que se pudo ver en su día durante la exhumación de Franco en Mingorrubio o en las últimas manifestaciones en pleno estado de alarma por la crisis del Coronavius.
@ManoloDevesa