Cuando el Ayuntamiento colocó una fuente de vino con motivo del Corpus

Aparte de por sus carnavales, hubo un tiempo en que Cádiz se caracterizó durante un tiempo por el Corpus. Una fiesta con la fuerza suficiente como para competir con los de Granada o Toledo, por entonces muy populares. Un Corpus que recibía a muchísimos visitantes. La ciudad se trasformaba completamente con la iluminación de edificios, partidos de fútbol especiales y una programación donde sobresalían las tradicionales corridas de toros.

Cuando se proclama la Segunda República, se plantea todo un clásico: ¿debe el Ayuntamiento subvencionarlo ante su carácter laico?El apoyo del alcalde republicano Manuel de la Pinta es clave a la hora de la aprobación de una subvención de 15.000 pesetas que se destina principalmente a gastos de fluido eléctrico y corridas de toros. La razón que dan es por colaborar con unos festejos organizados por una iniciativa popular. La Unión Patronal Gaditana decide hacerse cargo del resto de su organización. Es sin embargo una minoría socialista que, adhiriéndose a que la Constitución prohíbe patrocinar fiestas religiosas, solicita al Ayuntamiento la no celebración de los festejos.

Durante los años 1941 y 1942 va a ocurrir algo que nos va a llamr mucho la atención. En un intento por recuperar el prestigio de antes de la guerra, al Consistorio no se le ocurre otra cosa si no la de instalar delante del Ayuntamiento ¡una fuente de vino! Los gaditanos y visitantes de otros lugares harían largas colas para poder degustar vino de Chiclana! ¿Se imaginan hoy día algo así? Con el paso del tiempo el Corpus gaditano va perdiendo fuerza. Corren otros tiempos. Tiempos en donde la playa o las vueltas por el Paseo y sus terrazas sustituyen a los grandes adornos, la tribuna que se instala a la altura de la estatua de Moret, la cabalgata de moros y cristianos, los partidos especiales de fútbol o a los toros.

@ManoloDevesa

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