Ahora que las terrazas han tomado una importancia mayor en nuestra ciudad, sentarse en cualquiera de las que hay dispuestas en el barrio del Mentidero deber ser todo un regalo para la vista. Es adentrarse en el Cádiz más castizo y enamorarse más de un barrio que reúne entre sus piedras pedazos de la historia de nuestra ciudad. Es la plaza que entre sus vecinas tuvo a la escritora Adela Medina Cuesta, que quizás dicho así no les suene de nada pero si les digo Gitanilla del Carmelo, seguro que se le aclaran sus dudas.
La plaza del Mentidero fue la misma en la que se proclama la Constitución el 19 de marzo de 1812 por segunda vez y es el primer destino del monumento de Cayetano del Toro en un acto al que asisten el general Primo de Rivera o José María Pemán entre otros.
Pero sigamos hablando de la plaza ¿quién es el busto que luce en medio de ella? No es otro que el doctor Manuel Rodríguez Morales, especialista en el aparato digestivo que tenía su consulta en su propia casa, la calle Cervantes. Hasta allí y probablemente por la confianza que les daba Don Manuel se acercaron muchos gaditanos probablemente para saber más la opinión del amigo que del médico. Porque según cuentan no fue la primera ni la última vez que Don Manuel no cobró la visita a algún paciente o incluso lo ayudó económicamente.
Por eso hay quienes todavía se emocionan cuando recuerdan lo discretamente que llevó la enfermedad que se lo llevó en 1993. Aquel día no se fue solo el médico, se fue el amigo, el vecino, el gaditano. Fruto de todo lo sembrado, sus conocidos, amigos y familiares decidieron que Manuel no se fuese nunca del barrio dedicándole un busto en la plaza que lo vio crecer. De esta manera Manuel no solo sigue en su memoria si no en la propia plaza viendo pasar el tiempo.
¿Por qué lo llaman El Mentidero? Pues muy probablemente por la afición al cotilleo de todo el que o la que se reunía en dicha plaza para dar rienda suelta a su lengua viperina: rumores y noticias generalmente falsas. Según se cuenta en el libro Nombres antiguos de las plazas y calles de Cádiz una cruz ocupaba el medio de la plaza, y por eso se le comenzó a denominar Plazuela de la Cruz del Mentidero. En dicho libro también se cuenta que un obispo fue el que la hizo llamar la Cruz de la Verdad aunque con el tiempo y ante la afición de la que hablábamos antes se terminase llamando Plaza de la Cruz de las Mentiras, para más tarde terminar denominándose Plaza del Mentidero.
Por último, contar un suceso cuanto menos curioso que se cuenta en el libro anteriormente mencionado dice esto: «En la acusación fiscal de la causa del diez de marzo, se lee lo siguiente. «Al entrar en la plazuela de la Cruz de la Verdad (el batallón de los Guías) gritando ¡viva el Rey! pasaba un paisano gritando ¡viva la Constitución! y el primer ayudante lo atravesó con la espada, que rompió en la acción; y quedando con el puño en la mano, se volvió entonces á la tropa y dijo: Señores, vean ustedes lo que yo hago: pues lo mismo deben ustedes hacer«
Por último y dentro de los sucesos ocurridos en la historia reciente de la plaza, sus vecinos recuerdan con especial pena la droguería que fue victima de un horrible incendio que les llevó a vivir momentos de gran tensión.
@ManoloDevesa