Historias de Cádiz: de los bailes en el Falla al sonido del tranvía por la ciudad

Las historias cotidianas de la ciudad continúa sorprendiéndome gracias al buen hacer de nuestros lectores que cada mañana vuelcan sus recuerdos a través de las redes sociales. Esta semana cinco imágenes daban para imaginarnos desde los bailes de disfraces del Falla a cómo era ver el tranvía por pleno Cádiz. Así que les dejo con más historias de nuestros lectores a través de estas seis imágenes:

El tranvía a su paso por la calle Plocia

El sonido del tranvía al pasar y el momento en que cambiaba de sentido es lo más recuerda nuestro lector Fernando que nos cuenta como «el conductor se iba al otro extremo y así daba la vuelta. Recuerdo lo que costaba el viaje, si no me equivoco eran siete gordas de las antiguas pesetas«. A nuestra amiga Eva le encantaría disfrutar de él hoy día: «¡qué bonito sería que siguieran circulando, como en muchísimas ciudades europeas!» Luis nos cuenta una anécdota sufrida en el célebre tranvía a la altura de las Cuestas de las Calesas: «¡no se que pasó que el tranvía no podía subir y se fue para atrás- ¡menudo susto pasamos!». Rosario recuerda con romanticismo el sonido del tranvía diciéndonos que «cuando iba en el tranvía el sonido típico en esa calle se volvió casi una nana. Impresionante el ambiente sonoro, de película» y nos intenta hacer una idea del Cádiz de aquella época: «Recuerdo el autobús de dos pisos cuando pasaba por la calle Plocia. Por las mañanas, en el segundo piso, se veían las casa con los balcones abiertos y haciendo la cama. Las cocinas a todo trapo y los niños corriendo para los colegios. El autobús se paraba para dejar pasar a las trabajadoras de la Tabacalera salir a las dos«

Los bailes de disfraces en el Falla despertó la nostalgia de muchos de nuestros lectores: «Que bonito eran» nos dice María. «Ahora un Carnaval soso… las gentes no participan, se ven paseando como su fuese un día cualquiera sin un detalle carnavalesco , excepto los que vienen de fuera. Gracias a ellos se nota algo» Hombre María, los tiempos han cambiado pero los gaditanos y gaditanas se siguen disfrazando aunque es verdad que con tanto visitante pasan más desapercibidos. Nuestro amigo Luis ahonda más en sus recuerdos: «Yo solamente fui una vez a esos bailes con la tarima puesta encima de las butacas. En febrero del 63, el año de los dandys negros. ¡Que bonitos recuerdos y lo mejor la edad que tenía, 21 años» Ay Luis, juventud, divino tesoro… La mismísima Rocío Jurado se pasó un año por allí según nos cuenta Mariángeles: «Recuerdo aquellos carnavales, yo estuve en el de gala y en el disfraz ese año estuvo Rocío Jurado. Me hice una foto y salí en la revista pronto«. Por su parte Maica nos sorprende con una confesión: «Yo fui ninfa del carnaval y la proclamación de la diosa fue en el Falla. Creo que fue la última«. Finalmente, nuestra amiga Rosario nos dice que estuvo dos veces y que era «realmente espectacular digno de los Carnavales de Venecia«. Tan bonitos debían ser que Oliva pide que vuelvan a hacerlos.

Esta lejana imagen del Campo del Sur despierta los recuerdos de Teresa: «En días de sol estaba siempre lleno. Recuerdo el olor a naranja. Creo recordar que donde estaba la policía local las vendían y alguna vez ( no muchas) nos compraba mi madre y me sabían riquísimas. Si llovía me llevaba mi Lima y jugábamos a hincarla en la arena mojada y a ver quién ganaba«. De «la lima» hablan muchos lectores. Debía ser el juego de la época. Por ejemplo Elvira que dice haber jugado en la plaza de San Antonio. Los recuerdos de Yesenia son más familiares: «Pasear de la mano de mi abuelo. Ay que tiempos tan bonitos de mi infancia» nos escribe con mucha nostalgia. Isabel hace un inciso. A la lima ellos le llamaban «el pinche» y recuerda el machismo de la época: «A un amigo de mi madre le daba coraje que jugáramos a eso porque decía que era juego de niños. Y en ese poyete – dice refiriéndose al de la foto – la de paquetes de pipas k me he comido porque para otra clase de chuches no había«. Finalmente Isabel es capaz de ubicarnos en un tiempo de escaseces: «En las casas antiguas teníamos poco sol, al menos en la mía y nos teníamos que ir a la azotea a secarnos la melena porque ni secador teníamos«

De las meriendas en San Severiano poca gente las recuerda. Elvira si acaso nos cuenta las del Cantábrico donde iban «de pequeños con un gran cesto mientras los padres estaban en el fútbol. Recuerdo las mesas rústicas con los bancos y mucha arboleda«. Luis hace alusión a los mismos recuerdos: «Lo que si recuerdo son los primeros trofeos Carranza. Entre el partido de la tarde y el de la noche se solía esperar a los que iban al fútbol en el Cantábrico o en Vista Hermosa»

Los escalones del monumento de Cayetano del Toro que antes estaba en la plaza del Mentidero estoy seguro que ha dado para muchas historias. Desde convertirse en referencia a la hora de quedar a los primeros cigarrillos de Manuel: «Los primeros cigarros bisontes me los fume ahí sentado al lado de la mujer«. A esto también se apuntó Luis: Yo también fumaba Bisonte porque era el rubio más barato que había. En el 58 dos cigarrillos y una bolita de anís para no oler a tabaco. O eso creía yo… Costaba 1,10 ptas«

El Café El Español con el primer premio al mejor café desata los recuerdos de nuestros lectores. María dice: Ahí celebré mi comunión, fui en coche de caballos» y Fernando apunta: «Si no me equivoco, este café se encontraba en el paseo de Canalejas y por supuesto yo entré más de una vez. Mi tía Rosario creo que trabajaba ahí y en Morante» dice buceando entre sus recuerdos. Las niñas de Calzados Faly debían ir allí antes de entrar a trabajar tal y como nos cuenta Elvira y Rosario recuerda como en verano «mis padres y yo íbamos a tomarnos el café por las tardes y disfrutar del colosal ambiente veraniego que había en la zona. En la esquina estaba la pastelería La Camelia que se se ve al fondo» nos indica. Se entraba por Canalejas y por la calle Nueva como nos dicen varios lectores. Luis hace un guiño de complicidad con la época: «En el Español se hablaban varios idiomas por señas» escribe ante las risas de algunos lectores».

@ManoloDevesa

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