El lobo, que buen turrón…

Después de meses de bloqueo, solo han bastado unas horas para que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se hayan puesto al fin de acuerdo para formar el primer Gobierno de coalición de España. No me refiero a las que van del domingo al martes si no las que duró el recuento de votos del domingo pasado y comprobar como en solo seis meses la ultraderecha ha avanzado de forma espectacular. Un acuerdo que han sellado con un escrito y un simbólico abrazo que ha despertado, sobre todo, la indignación de los más conservadores.

Sin embargo el acuerdo entre los dos líderes no significa ni mucho menos que el Gobierno de coalición sea ya una realidad. Siguen sin sumar y la búsqueda de socios que remen a favor del cambio no va a ser fácil. Como tampoco lo será un Gobierno que tendrá que contar hasta con seis fuerzas diferentes y sus correspondientes negociaciones. Hasta el único escaño de PRC o TERUEL EXISTE valdrá para conseguir los ansiados 176 diputados que necesitan para formar Gobierno. Lo harán a cambio de unas condiciones. Es lo justo además. Es entonces cuando me asaltan las dudas: si el Gobierno no obtiene su investidura a la primera y lo hace por mayoría simple ¿puede la derecha y el resto de partidos unirse para presentarles una moción de censura? ¿son los independentistas unos socios de fiar después de cómo acabaron la última vez?

De todas formas lo que sigue sorprendiéndome a pesar de todo lo que ya hemos visto que los políticos son capaces de hacer, son los giros en las opiniones de todos ellos. Si hace solo unos días escuchábamos a Sánchez hablar no con mucho aprecio de Iglesias y viceversa, en la derecha el NO de Pablo Casado a una coalición con el PSOE lo dejaba más que claro en sus numerosos mitines y en CIUDADANOS Rivera ya planeaba la posibilidad de la abstención o el pacto con los socialistas después de su polémico y mortal cordón sanitario. Sin embargo todo ha cambiado en cuestión de horas: Pablo y Pedro se abrazan como si aquí no hubiese pasado nada y Casado ya pide un pacto de Estado al que se autoinvita también los diez de Rivera ya sin Albert. Con lo fácil que hubiese sido pactar con PSOE o abstenerse cuando los naranjas superaban los 57 escaños. Todavía podemos recordar el provocador discurso de Rivera o los gestitos de Arrimadas desde la tribuna. Esos que nos ha llevado a la situación en la que ahora nos encontramos.

Que cierto es que hasta que uno no le ve las orejas al lobo no se da cuenta de lo que está haciendo. Les ha pasado a Pedro y Pablo con la subida de la ultraderecha y les ha pasado a Casado y Ciudadanos ante la llegada de PODEMOS al Gobierno. Por eso, cuando los veo tan preocupados a unos y a otros, ahora que llegan las fechas navideñas, no sé por qué siempre me sale cantar eso de «El lobo… que buen turrón…»

@ManoloDevesa

Deja un comentario