Una pesadilla llamada APARTAMENTOS TURÍSTICOS

A Teresa se la ve cansada. Vive en una de las calles más céntricas de Cádiz. No ha pasado buena noche. Sin embargo y sin haber dormido en condiciones, el trabajo no perdona y en torno a las siete de la mañana se ha levantado de la cama para cumplir con sus obligaciones. Pablo no vive tan céntricamente pero lleva durmiendo en el sofá prácticamente todo el verano. No ha discutido con su pareja pero las finas paredes del dormitorio de pladú que lo separan del apartamento turístico que le han instalado puerta con puerta no son suficientes para aislarle a las cuatro o cinco de la mañana de la tele a toda pastilla, de ruídos en la pared o de las risas propias de quienes están en una ciudad de vacaciones. «Habrá de todo, como en botica» sentencian. Pero sus experiencias no están siendo agradable desde luego.

El auge de los apartamentos turísticos continúa en Cádiz a un ritmo tan frenético como preocupante. En la plaza de Candelaria ya tienen un bloque entero de apartamentos, en Barrié ocurre igual, La Caleta, La Alameda, Sagasta o la plaza del Palillero también son víctimas del negocio de moda dificultando más si cabe la búsqueda de viviendas de alquiler para larga duración. Eso le ocurre a Luisa, que cada semana hace el mismo recorrido buscando un piso donde vivir: «No hay apenas y los que hay son a un precio altísimos y pequeñísimos«.

Sin embargo, la aparición de los apartamentos turísticos no solo dificulta la búsqueda de una vivienda estable si no la convivencia de los vecinos que de buenas a primeras se encuentran en su misma planta con dichos apartamentos: «El colmo ya es que te lo instalen puerta con puerta» dice Pablo con el cansancio dibujado en el rostro. «La gente que viene de vacaciones viene a pasarlo bien, a divertirse y yo lo entiendo. Pero debe haber unas mínimas reglas de convivencia y unas condiciones por parte de la empresa que no perjudiquen a quiénes vivimos aquí durante todo el año«. Sabe bien de lo que habla, hará un par de semanas estuvo a punto de verse a la policía en casa: «Si pones la tele como si fuesen las seis de la tarde a las cuatro de la mañana, lo normal es que me queje. Uno lo hace lo más amablemente posible pero es que encima se te ponen gallitos, a gritar, a dar golpes en la pared como un poseso y a intimidar. Si yo me meto en un bloque de apartamentos turísticos, ya sé a que tengo que atenerme y me toca adaptarme con lo que hay pero si es el caso contrario, tendrán que adaptarse ellos ¿no picha?«. Por su parte, Teresa baja la voz para ir más allá: «Por no hablar de los vecinos que cuando se van de vacaciones meten en sus casas a turistas. Si es tu casa de propiedad, supongo que no queda más remedio que aguantarse, pero si encima es alquilada, no sé hasta qué punto será eso legal«.

A pesar de que por el mes de febrero, el Ayuntamiento de Cádiz preparaba una ordenanza que limitase los apartamentos turísticos en la ciudad, lo cierto es que a día de hoy vemos como siguen aumentando para desesperación de los vecinos a los que se les agria la convivencia en sus casas de buenas a primeras y aquellos que solo buscan un lugar para vivir.

@ManoloDevesa

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