Antoñito tenía solo tres años cuando escuchó por primera vez, evidentemente de broma, eso de: «Tu eres un mariquita«. Se trataba simplemente de una broma de familiares y vecinos en un intento de hacerlo rabiar y jugar un poco con él. Pero lo cierto es que con el paso del tiempo, Antoñito va guardando en su subsconsciente que eso de ser mariquita no debe ser algo bueno precisamente y lo utilizará como insulto años después en las peleas con sus amigos.
Es probable que a estas alturas usted que lee esto se ponga las manos en la cabeza pensando en que definitivamente nos la cogemos con papel de fumar últimamente. No seré yo quien le quite la razón. Sin embargo en esto que hoy les cuento hay una cruda realidad que, con sus excepciones como siempre las ha habido, me gustaría analizar con usted.
En plena semana del Orgullo un conocido cantante hacía público en las redes sociales que una señora lo había llamado «maricón» en plena calle. Algunas respuestas en las redes sociales me dejaban con la boca abierta. Desde el clásico «Y a otra gente les dicen otras cosas peores, ¿y qué?» a la burla pura y dura como el «vaya tela y a mi q me llaman gordo ¿sufro un ataque carnofogo?«. Definitivamente estos comentarios confirman que la homofobia es más visible que nunca. Cosa hasta cierto punto comprensible ya que ahora esos que permanecían en silencio se ven amparados por un partido político que no esconde sus diferencias con el colectivo.
El gran problema de todo lo que rodea a la homofobia, al igual que al machismo, es que jamás se ha tomado en serio. Entre otras cosas porque casi todos alguna vez hemos tirado de alguna frase con tintes homófobos o machistas con el humor como excusa. Se ha normalizado de tal manera que hay quienes son incapaces de detectar donde termina el humor y comienza la homofobia negándose a reconocer que muchos homosexuales continúan sufriendo por su condición sexual.
El gran problema de todo lo que rodea a la homofobia, al igual que al machismo, es que jamás se ha tomado en serio.
Cuando lanzas una sonrisa burlona de complicidad a alguien al pasar una pareja de chicos /as o un transexual estás alimentando la homofobia. Cuando tu actitud cambia con una persona simplemente por su orientación sexual, estás alimentando la homofobia y cuando todo lo que tiene que ver con la homofobia te es indiferente, también la estás alimentando.
Conseguir una sociedad justa y tolerante es cada vez más una utopía. Ser gordo o flaco, fea o guapa, gay o lesbiana, rubio o moreno… El respeto debe prevalecer ante todo. ¿Qué ocurriría si el día de mañana Antoñito se da cuenta que le gustan los chicos o que se siente mujer? En su cabeza probablemente siga sonando aquello con lo que se ha criado, el mariquita como ofensa, y le será difícil salir del pozo donde se encontrará cuando menos lo espere. Peor aún: ¿qué ocurriría si Antoñito no respeta la orientación sexual de las personas y se lanza al insulto fácil y cobarde?
En realidad, el principal problema de todo esto reside en aquellas personas que se han tomado como una ofensa que los derechos de los que ellos disfrutan se les pueda otorgar también a los demás. Si tienen derecho a casarse ¿por qué se tienen que casar los demás? Si lo de ellos es un matrimonio o una familia ¿por qué lo de los demás debe llamarse igual? No he visto egoísmo mayor ni estupidez más inmensa.
Por eso cuando hablamos de estos temas siempre me viene a la cabeza aquello que una vez leí y que comparto cien por cien: «Si a usted no le gusta el matrimonio gay, no se case con gays. Si a usted no le gusta que violen sus derechos, simplemente no viole los de los demás«.
Hoy se ha vuelto a izar la bandera en el cuarto balcón del Ayuntamiento gaditano y ya se han vuelto a escuchar las mismas frases de siempre. ¿Por qué no se pone una heterosexual?
se celebrará en Madrid la tradicional Manifestación Estatal del Orgullo LGTB. Una manifestación que cada año se va agrandando con personas que lo único que desean es mostrar su apoyo a un colectivo que en pleno 2019 continúa sufriendo la discriminación de personas por su orientación sexual. Apoyar los derechos de la LGTB es algo más que el postureo de encabezar una manifestación. Es respeto y empatía. Algo muy alejado del pacto con el partido portavoz de las declaraciones más execrables en torno al tema que nos concierne.
IMPORTANTE: Ah y si es de l@s que se indigna porque una bandera reivindicativa como la de la LGTBI ondea en un edificio público pidiendo incluso la bandera o el día del Orgullo hetero, entonces no pierda el menor tiempo: tiene un gran problema. Feliz Orgullo 2019
@ManoloDevesa