Mis primeros años de vida los viví en la calle Rosario Cepeda. En este blog hemos hablado en alguna ocasión de esta famosa señora que dio nombre a la no menos popular calle. Sin embargo un hecho nos ha llamado poderosamente la atención: existe una curiosa relación entre esta calle y el barrio San Severiano. ¿Saben por qué?
La calle Rosario no siempre se llamó así. Hubo un tiempo en que respondía al nombre de calle de la Cuna en el tramo entre Sacramento y Hospital de Mujeres. La explicación podemos encontrarla en el número 17 y 19, lugares donde existió una casa de expósitos cuyos orígenes se remontaban al siglo XVII y que funcionó como tal hasta 1931. Ésta fecha es la clave para que haya el primer punto de unión con el barrio de San Severiano ya que la casa funciona como tal hasta que la nueva casa de cuna de Tolosa Latour se inauguró.
Sin embargo el punto de unión se reforzará años después: cuando el 18 de agosto de 1947 Cádiz sufra la terrible explosión en la Base de Defensas Submarinas. El trágico suceso acaba destruyendo por completo la casa de cuna de Tolosa Latour. Este hecho provocará que el edificio de Rosario Cepeda vuelva a acoger expósitos hasta 1956, fecha en la que es desalojado por ruinas.

El edificio de la casa de expósitos no solo sirvió para la mencionada casa de expósitos. A lo largo del tiempo se convierte también en Hogar Provincial de N.ª S.ª del Perpetuo Socorro e incluso en Hogar Femenino de FET y de las JONS.
Cuando en 1958 la casa de expósitos es derribada, el solar acoge a una promoción de 24 viviendas subvencionadas. Entre sus vecinos, unos muy conocidos: los padres de Fernando Quiñones. Viviendas en las que el propio escritor pasaría temporadas junto a su familia.
@ManoloDevesa / Fuentes y foto: Archivo de Diputación Provincial de Cádiz