Corría el año 2000 y Anonio Martínez Ares había sacado «La Milagrosa», quizás la agrupación con menos aceptación de aquella maravillosa etapa. El fin de un ciclo donde su mítico grupo decidía separarse. La marcha de Juan Carlos Aragón me ha hecho recordar algo que probablemente nunca he contado a nadie. Pero estos días tan intensos que Cádiz vive con la pérdida del célebre autor, me han dado para rebuscar entre mis recuerdos y confesárselos.

Antonio Martínez Ares siempre ha estado entre mi Top 3 de autores de comparsas y así sigue siendo muchos años después. La separación de su grupo encabezado por Ángel Subiela supuso el comienzo de una nueva etapa para Juan Carlos que se metía en la comparsa de lleno y para el propio Ares con un cambio de estilo y de componentes. Aragón ya me había conquistado con aquel «Kadi City» y con «Las Ruinas Romanas«, con los «Guiris» y con «Los tintos de verano» en la modalidad de las chirigotas. Pero cuando en 2001 saca «Los Condenaos» ocurre algo con lo que yo no contaba.

Aquel año Ares sacaba «La niña de mis ojos«, una delicia de comparsa que me va entrando a medida que los pases se van sucediendo. Sin embargo «Los Condenaos» me atraviesan el corazón desde la fase de clasificatorias. «No puede ser, que yo soy Arista, coño» decía con esa incomprensible pasión que nos envuelve esta fiesta cada febrero. Fue la primera vez que alguien me sacaba de mis casillas y que amenazaba mi fidelidad hacia Don Antonio. Fidelidad, que a día de hoy aún le guardo. Todo hay que decirlo.

Juan Carlos inventó una nueva forma de contar cantando con un lenguaje propio que lo separaba del resto. A modo de homenaje, me gustaría recordar diez coplas del genio que hoy se nos ha escapado junto al Brujo y tantos buenos autores que ya no están con nosotros. !Menudo concurso estarán organizando ahí arriba! 

Por eso y un alarde de gran originalidad, me gustaría recordar a Juan Carlos a través de los que para mí son sus coplas más emblemáticas. Seguro que hay más. Pero por quedarnos solo con diez, he seleccionado éstas. Por suerte, las coplas nunca mueren.

@ManoloDevesa