La vida es así de caprichosa. El mismo 5 de junio de 1987 que el corazón de Antonio Vicente Mosquete, presidente de la ONCE, iba a ser trasplantado a la enferma Carmen Sánchez en la clínica Puerta de Hierro, en Cádiz está a punto de suceder algo que conmocionará a toda la ciudad.
El Campo del Sur se convierte en escenario de un crimen que desconcertará a toda la ciudadanía: el profesor Pablo, de 64 años, es asesinado en su vivienda con 17 puñaladas por todo el cuerpo. La noticia en una ciudad tan tranquila como la nuestra cae como un jarro de agua fría y en la calle no se habla de otra cosa más aún con todos los detalles que se van conociendo: la mirilla de la puerta de enfrente, tapada con un esparadrapo, sirve para deducir la intención del asesino/a para que nadie pudiese ver lo que iba hacer y el hecho de que la puerta no estuviese forzada indicaba que quien lo asesinó lo conociese. Sin testigos, la investigación se antoja larga y dificultosa.
Desde aquel día la prensa trata el tema prácticamente a diario. Los gaditanos se muestran solidarios con el terrible caso organizando incluso manifestaciones en San Antonio como repulsa al asesinato. Los vecinos de Pablo, madrileño y profesor del colegio público San Rafael, lo pintan como una buena persona: querida y respetada y muy educada. Sin embargo pronto comienzan a correr los rumores de una doble vida. En su casa la ida y venida de chicos y chicas es continua. No solo por ser profesor de clases particulares si no por otras cuestiones de índole sexual.
Tres años después de todo aquello, una chica es detenida. Todo indica que ha tenido relaciones sexuales con el maestro y podría tener información de lo que ocurrió aquella fatídica tarde. Sin embargo cuando tras tomarle declaración es puesta en libertad, la mujer fallece de forma inesperada al car por la fachada de un edificio de la calle Torre.
El tiempo continúa corriendo y seis años después, el caso vuelve a la actualidad cuando la Policía detiene a un hombre como presunto autor del crimen. Lo hace después de que otro se persone en la comisaría para implicarlo: Confiesa que aquella tarde ambos acudieron a casa del maestro y su compañero lo asesinó. Dice que cuenta la verdad porque sufre una grave enfermedad y quiere morir en paz. Sin embargo el caso vuelve a dar un giro cuando durante el careo entre los dos individuos vuelve a salir la chica que fallecía de forma accidente tres años atrás. Además el acusado de asesinato queda en libertad tras el arrepentimiento de su acusador que se desdice de sus declaraciones. Poco después la enfermedad termina venciéndolo.
El caso del asesinato de Pablo prescribe en el año 2007 sin que se pueda sacar nada en claro. Con unos acusados que mueren en diferentes circunstancias acabando con la posibilidad de saber si eran culpables o no y un hombre que, no solo pierde la vida salvajemente si no que su imagen personal acaba salpicado a través de rumores y declaraciones.
@ManoloDevesa