Lunes de resaca. El día después de una jornada histórica en nuestro país donde la participación de los ciudadanos se ha colocado como la segunda mejor de nuestra democracia tras de las elecciones de 1982, tienen por supuesto una lectura. Sin duda este dato es el verdadero triunfo del día de ayer. Pero ¿qué ha ocurrido para que España se volcara votando como si no hubiese un mañana? ¿Con quién terminará formando Gobierno Pedro Sánchez y sobre todo ¿qué ha sucedido para que el PP haya sacado los peores resultados de su historia? Como diría Jack el destripador, vayamos por partes.
La amenaza de la irrupción de la ultraderecha ha sido determinante para que el electorado de izquierdas, más cómodo y hasta despreocupado, haya despertado por fin y demostrado que cuando quiere pueden ser igual de contundentes que la derecha. Hasta que no les han visto las orejas al lobo no han reaccionado, algo que la desgana y la desilusión no le permitió hacerlo en Andalucía. Las provocadoras declaraciones y propuestas de los diferentes miembros de VOX han terminado por tener sus consecuencias y aunque han entrado en el Congreso, éstas no han sido todo lo buenas que ellos creían.
El voto a Pedro Sánchez era la única forma de parar al partido de Abascal tras el tripartito formado en el Gobierno de Andalucía. La garantía de que éstos no formasen ni parte del Gobierno ni dieran su apoyo – con las pertinentes condiciones – a nadie. Así que el gran beneficiado de la irrupción de VOX ha sido Pedro Sánchez, que, todo hace indicar, se seguirá en Moncloa un tiempo más. ¿A costa de qué? Eso es harina de otro costal.
El Presidente en funciones recibía anoche un claro mensaje de su electorado: «Con Rivera, no» le gritaban. Sin embargo y consciente de que a pesar de sus buenos resultados no lo tiene tan fácil, el socialista terminó por contestar con un «Nosotros no ponemos cordones sanitarios a nadie» que probablemente dejó a más de uno temblando en Ferraz. Sánchez sabe que en política nada es gratis. La formación de un Gobierno con Unidas Podemos puede hacerse realidad pero muy probablemente a costa de condiciones. No solo ya de la formación de Pablo Iglesias si no los que deben votar sí o abstenerse a la hora de su investidura en una segunda vuelta en el Congreso. Entre ellos los independentistas. Si su unión con Rivera en un Gobierno que no necesitaría de nadie más y que superaría en cuatro puntos la mayoría absoluta decepcionaría a la mitad de sus votantes, la que incluiría a los independentistas decepcionaría a la otra mitad. Porque fue el fracaso de su relación con ellos quien propició el adelanto de las elecciones. ¿Por qué volver a confiar en ellos?

En Génova el silencio del que hablaba Rivera en el primer debate se debió trasladar allí tras los desastrosos resultados. La estrategia de Pablo Casado no solo no ha funcionado si no que ha colocado al Partido Popular en una de sus mayores crisis. Lo ha hecho por su giro hacia una derecha más conservadora que ha invitado a salir a aquellos que no lo eran tanto y unirse a CIUDADANOS y aquellos que sí lo eran pero que, puestos a elegir, se han ido a VOX, que de conservadores saben un rato. La bronca actitud de Casado durante la campaña a base de insultos, mentiras y polémicas declaraciones tampoco le benefició en absoluto. Por no hablar de su ofrecimiento a VOX para formar parte de su gobierno. Es más, le ha pasado factura sumiendo al partido en una profunda crisis.
Luego están los otros, los que han perdido 29 escaños, que se dice pronto. En la sede de PODEMOS no andaban demasiado contentos anoche a pesar de las serias posibilidades que tienen de formar parte del Gobierno de Sánchez. La formación de Pablo Iglesias continúa desinflándose a una velocidad de vértigo. Eso a pesar de haber mejorado sus resultados en la última semana… Sus problemas internos, la peculiar manera de entender la política y sus numerosos gestos no han hecho si no quitarles seriedad y credibilidad.
Caso contrario el de Albert Rivera. Su ascenso es imparable y casi le sopla en la nuca al PP. CIUDADANOS subía nada menos que 25 escaños. Todo un éxito que le permite ser prácticamente la principal voz de la oposición. Es probablemente la vez que más cerca está para formar parte del Gobierno de España. Su pacto con PSOE superaría en cuatro puntos la mayoría absoluta y contentaría mucho a los sectores económicos del país. Sin embargo, una campaña basada en las acusaciones a Sánchez parece haberle funcionado bien por lo que se hace difícil que ahora puedan pactar.
Quedan por delante semanas que volverán a quitarles las caretas a nuestros políticos y donde pondrán en auge de nuevo aquella frase que se repite tanto cuando se habla de ellos: Donde dije digo, dije Diego. Seguiremos informando.
@ManoloDevesa