Estamos en María Auxiliadora dispuestos a cruzar la calle que llega hasta García Carrera. Es la calle Escalzo. La misma que se abrió del terreno de la antiquísima Huerta de Mora y que desembocaba a García Carrera y al no menos antiquísimo Manchón de la Laderia. Calle que desde la aparición de la hermandad de Jesús Despojado se me hace cofrade porque también está casi al lado de Jesús de la Paz, la calle y la hermandad, y en sus comercios cuelgan carteles de ambas hermandes. Las mismas que en Semana Santa cogen por ahí a su regreso.
Sin embargo ya el propio nombre de la calle nos debería sonar a liturgia. Sobre todo si sabemos quien fue Escalzo y por qué tiene una calle en Cádiz. Si no lo saben, les diré que su nombre completo es el de José Escalzo y Miguel, un obispo de Cádiz empecinado en que la ermita de San José se convirtiese en una iglesia parroquial.

Viendo la necesidad de un barrio que tenía que desplazarse hasta el casco antiguo para escuchar misa, con la desventaja de que las Puertas de Tierra cerraban en torno a las once de la noche, el obispo Escalzo lucha por hacer de la pequeña ermita que hay frente al cementerio gaditano, una iglesia parroquial. Para eso se pone en contacto con los arquitectos Don Torcuato Benjumeda y Don Torcuato Cayon para que el proyecto y diseño de la Iglesia se haga realidad. Se construye de esta manera la primera iglesia de la zona de extramuros.
Si visitamos el Salón Parroquial de la Iglesia de San José podremos observar los restos de las cabezas de los ángeles que sostenían el escudo de Don José que lucieron en su tiempo en la fachada principal de este templo a modo de agradecimiento y que fueron encontrados en los jardines interiores de la Parroquia después de que tuvieran que retirarlos por cuestiones de seguridad.
De este modo, la calle cercana a la Iglesia de San José pasó a llamarse «Escalzo» el 6 de junio de 1879, once años antes de que Don José falleciera, por el eterno agradecimiento de haber sido el promotor de la primera iglesia de extramuros.
@ManoloDevesa