El día que Carlos Díaz fue elegido alcalde de Cádiz

El 3 de abril de 1979 Cádiz era una fiesta. Bueno, en realidad toda España porque después de 40 años de dictadura, los ciudadanos tenían el poder de decidir quién los gobernara. Ellos y ellas, que no siempre pudieron hacer uso de las urnas. Así que desde bien temprano, los gaditanos se levantaron con la ilusión de ejercer un derecho robado durante cerca de cuatro  largas décadas. Los periódicos de aquel martes, que no domingo, abrían con la portada de la esperanza: «Todos a votar» decía ABC por ejemplo. La ilusión y la novelería se dieron la mano aquel primer martes de abril que cambiaría para siempre el rumbo de nuestra pequeña ciudad.

Sin embargo, la elección del primer alcalde de la democracia Carlos Díaz, no va a ser cosa fácil. En realidad ganó el partido de centro UCD, pero ante la imposibilidad de formar gobierno, los pactos entre partidos de izquierda llevaron a Díaz a convertirse en el alcalde de todos los gaditanos: PSOE, PCE y PSA unían sus fuerzas para formar su primer gobierno en la ciudad.

Así llegamos a las 11 de la mañana del 20 de abril. Hay gran expectación a las puertas del Ayuntamiento donde tiene lugar el acto de elección del alcalde. Un acto en el que no faltan gestos muy de nuestro tiempo: mientras los concejales de izquierda se ponían de pie tras un minuto de silencio por los socialistas y comunistas muertos en la guerra civil, los de UCD permanecían sentados. Así, con ese ambiente un poco tenso, se procedió a la elección del alcalde que, aunque debía ser mediante votación secreta, se opta por la abierta pese a las quejas del UCD.

Ante los gritos de alegría del público allí congregado, Carlos Díaz consigue finalmente quince votos frente a los doce de Valdecantos. Tras esto y emocionado por tener frente a ellos al primer alcalde de izquierdas de la democracia, el público se pone en pie para entonar La Internacional.

Carlos-Diaz

Con el bastón de mando ya en la mano, lo que Carlos Díaz se encuentra en San Juan de Dios clama al cielo. Se dice que en el Ayuntamiento no encontraron ni papel higiénico. De hecho el alcalde saliente Emilio Beltrami, llegó a decir en un medio de comunicación que no había dinero ni para una alcayata. Díaz se encontró con una ciudad prácticamente abandonada con calles destrozadas y un Ayuntamiento que administrativamente dejaba mucho que desear.

A pesar del injusto final que tiene en su propio partido, Carlos tuvo que partir prácticamente de cero enfrentándose en muchas ocasiones a situaciones totalmente insostenibles. Lo que vino tras más de tres lustros en el gobierno no sólo se convirtió en una pesadilla para la ciudad sino para él mismo que vio como su partido le daba la espalda.

@ManoloDevesa / Fotos: KIKI

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