La visita del Papa Francisco al Santuario de Loreto ayer, ha dado la vuelta al mundo y no por la visita en cuestión si no por un gesto que ha desconcertado a medio mundo. Llegado el momento del saludo con la correspondiente reverencia que manda el protocolo, el Papa Francisco lo tenía muy claro: no iba a consentir que nadie besase el anillo que lleva y que según han explicado tras las imágenes no porta el anillo como signo de autoridad, sino como señal de servicio a Dios.
Es por eso que el Papa retiraba una y otra vez a toda persona que intentaba besar su anillo en una de las tradicionales colas que se forman para saludarlo. Según parece está empeñado en acabar de una vez con unos gestos que les parece – que son – jerárquicos.
Un gesto que independientemente de sus defensores y detractores, no ha dejado indiferente a nadie.
@ManoloDevesa