Antonio Martínez Ares ponía en escena anoche a sus «Carnívales» ante un teatro, que como de costumbre, los esperaban con ansias. La comparsa del eterno «Niño de Santa María» se presentan mucho más sencillos y directos que años anteriores. Una vuelta de tuerca más, que a buen seguro, habrá sido lo más difícil para un Antonio que intenta reinventarse cada año.

Los Carnívales suenan a Ares desde su primera nota hasta la última. Desde la presentación que recuerdan al Ares que en su día nos conquistó a esa maravilla de popurrit con cuartetas que en unos días la canturrearemos por las calles de nuestra ciudad.

El grupo suena maravillosamente bien. Con las incorporaciones de Nico y Fali Vila, quien vuelve a la agrupación después de mucho tiempo y regalarnos interpretaciones tan míticas como la de la presentación de aquellos lejanos «Templarios».

En el primer pasodoble, de música también más sencilla y reconocible, se presentan como carnívales de la fiesta que han bebido de autores como Paco Alba, Antonio Martín o Pedro Romero. Si quieren sangre, la van a tener, dicen. El segundo, mucho más emotivo, se lo dedican a Tino Tovar, ausente este año en el concurso, y lo animan a que vuelva como él hizo hace nueve años cuando decidió marcharse.

Cuplés, sobretodo el segundo con un punto de autocrítica con respecto al premio que se llevaron el año pasado con «El perro andalú». Estribillo de esos cortitos, raro en él, pero que con escucharlo dos veces más te lo aprendes de memoria. El popurrí es una auténtica virguería.

@ManoloDevesa