Cuando LOLO RICO inculcaba valores desde la televisión a toda una generación

Imaginen: Alaska sin Mario, que ya es una garantía, Javier Gurruchaga, Pablo Carbonell y un grupo de personajes que siendo lo que eran, marionetas, hacían tal crítica que llegaron a incomodar al Gobierno de entonces. Al mando de todo esto ella: María Dolores Rico Oliver, más conocida como Lolo Rico. Comprometida con la profesión y con lo que debe ser la televisión. Una mujer que decidió inculcar valores dentro de una Bola de Cristal que a muchos de los de nuestra generación nos marcó. Hoy ha muerto la que fuese directora de uno de los programas más icónicos de la televisión de los 80. Aquella que nos permitió cada sábado por la mañana pasarnoslo «de pila máster».

Ha fallecido esta madrugada de un paro cardíaco en San Sebastián a los 83 años de edad. Con la marcha de Lolo Rico, creadora también de «La Cometa Blanca», se pierde una de las grandes profesionales que ha tenido Televisión Española. Rico fue más allá dentro del género de los infantiles. Un contenedor con series tan geniales como Los Monster, La Pandilla o Embrujada pero sobre todo un contenedor de mensajes a sus principales consumidores, los niños, a los que por primera vez se les trataba como algo más que meros «locos bajitos».

Evidentemente la época ayudó. Siendo la única televisión por entonces, había licencias que hoy serían impensables tomarse. Como la de la pantalla que se iba a negro durante 15 segundos para comunicar un mensaje: «Tienes 15 segundos para imaginar. Si no se te ha ocurrido nada, a lo mejor deberías ver menos la tele«. La televisión invitando a ver menos televisión. Eso hoy es más impensable todavía.

LA BOLA DE CRISTAL fue un reflejo de la sociedad de la época: rebelde, crítica e inconformista. Pura herencia de la movida. Los electroduendes llegaron a incomodar a la mismísima Moncloa, ocupada entonces por Felipe González, con críticas hechas a base de gags finos e inteligentes. «Ponen mucho esmero los banqueros y los pobres sufren serios quebraderos» llegó a decir uno de los personajes más populares del programa: la Bruja Avería. «Qué mala, pero que mala soy» gritaba en la voz de la inolvidable Matilde Conesa.

Por LA BOLA DE CRISTAL llegaron a pasar profesionales de la casa dispuestos a seguirl el juego a unos electroduendes que se mantenían firmes en sus críticas. Unos personajes que no dudaban en hablar de problemas reales a una audiencia que, sin ser consciente de ello, era informada de la actualidad: «A fin de que no se multiplique su número, se prohibirá el matrimonio entre parados» se decía en un gags que imitaba a los servicios informativos de TVE. ¿Se imaginan decir eso ahora? ¿Trasladar a los más pequeños la realidad del país donde viven? Las redes sociales arderían y más de un partido político también.

La llegada Pilar Miró como directora de TVE supuso el principio del fin. Las presiones para que las críticas cesaran no gustaron nada a Lolo Rico, quien creía en una televisión libre valiente e independiente. Los guionistas se vieron limitados e invitados a hacer un programa más descafeinado. Algo que acabó como el rosario de la aurora y en 1988 el programa daba por terminado un ciclo. Faltaba por llegar Leticia Sabater años después. Fue ahí cuando la televisión empezó a ir «de culombio».

@ManoloDevesa

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