Politizar todo

Les aseguro que hubo un tiempo en que la vida era mucho más sencilla que ahora. La he conocido yo que tampoco es que tenga más años que el Pópulo. La política, aunque siempre formó parte de nuestra vida y probablemente de nuestras preocupaciones, era un tema que durante muchos años estuvo rodeada de una especie de pudor. No todo el mundo se atrevía a hablar de política, aunque entendiesen, y mucho menos en público. Aquello desde luego tenía mucho que ver con los más de cuarenta años en los que hablar de política era prácticamente jugarte la vida. Afortunadamente el paso del tiempo y la evolución de nuestra democracia ha dado lugar a que la política forme parte de nuestros temas de conversación diarios provocando en ocasiones fuertes enfrentamientos que no llevan a ninguna parte.

Nuestro día a día y esa obsesión por lo políticamente correcto nos ha robado nuestra espontaneidad y la capacidad de ser auténticos.

Aquí hemos pasado de evitar hablar del tema a politizar absolutamente todo. El más claro ejemplo lo tenemos en la simple felicitación. La que Pedro Sánchez publicaba el día de Nochebuena. Una felicitación navideña que provocaba la incomprensible indignación del sector más conservador. «Que nunca nos falte la ilusión y el coraje para seguir trabajando por aquello en lo que creemos. Por más igualdad, justicia y prosperidad. Os deseo ¡¡Felices fiestas!!» decía en un twitt el Presidente del Gobierno. La cosa ya estaba calentita. Hace unos meses hacía lo propio con el Ramadán ante las críticas del mismo sector, que inexplicablemente, se sentían ofendidos. Así que como agua de mayo el lunes pasado esperaban las palabras de Sánchez ansiosamente. Pero ni siquiera felicitando pudieron acallar la indignación. «No ha dicho la palabra Navidad» se quejaron una y otra vez. Como si lo de Felices Fiestas lo hubiese inventado él para evadir la Navidad y no se hubiese utilizado toda la vida. Como si ahora decir eso te convirtiera en alguien cuyo objetivo es ofender.

Felices-Fiestas
El mensaje estuvo acompañado de una gif de La Moncloa con éste mensaje

Dos días antes y durante el Sorteo Extraordinario de Navidad, Teodoro García Egea, Secretario General del PP publicaba en su cuenta de Twitter un «simpático» chiste sobre el Sorteo: «Que se vaya Sánchez«. Algo que volvió a agitar las redes sociales con comentarios tanto a favor como en contra y provocando de nuevo un enfrentamiento entre ellos.

Décimo
Teodoro publicaba este décimo de Lotería donde se expresaba el deseo de los populares politizando incluso algo tan entrañable como el Sorteo de Navidad

Finalmente, la semana pasada el cantautor catalán Joan Manuel Serrat se enfrentaba a un integrante del público que asistía a su espectáculo y que le increpaba que cantase en catalán que para eso estaba en Barcelona. Lejos de callarse, Serrat paró el concierto y visiblemente molesto dedicó unas palabras a la pretensión de dicho individuo. Tras explicarle que llevaba muchos años trabajando por Barcelona y que Mediterráneo lo integraba diez canciones en castellano y que por eso los cantaba así, le espetó: «Así que déjeme hacer el espectáculo tal y cómo estaba diseñado» dijo antes de una gran ovación.

Nuestro día a día y esa obsesión por lo políticamente correcto nos ha robado nuestra espontaneidad y la capacidad de ser auténticos. Cada palabra o gesto es cuestionado hasta la saciedad. Sin embargo lo peor no es el cuestionamiento en sí si no la exigencia que viene de la mano mediante la cual no solo se permite el lujo de cambiar el rumbo de un espectáculo si no les gusta si no que vienen a decirnos cómo tenemos que hablar, con qué temas podemos hacer chistes o la manera en la que debemos felicitar las fiestas si se da el caso. Absolutamente lamentable.

@ManoloDevesa

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