La pasión no entiende ni de frío ni calor. Por eso las altas temperaturas que volvimos a sufrir ayer no fueron problema alguno para que los seguidores de Ricky Martín y Chambao hicieran cola en el muelle desde mediodía. Con la que estaba cayendo a eso de las cuatro y media o cinco, ahí estaban ellos: con el brillo en los ojos disfrutando de lo lindo.

Ni el mismísimo Levante quiso perderse el retorno de Ricky Martín a Cádiz más de dos décadas después. Antes del puertoriqueño, la Mari de Chambao ya había calentado al personal a base de su inconfundible estilo. A medida que el tiempo corría, la gente iba arremolinándose por los alrededores de las fuentes de San Juan de Dios. El Burguer King, como casi todas las terrazas de la parte de Canalejas, estaban hasta los topes. Buena noche para la hostelería.

Que le gusta a Cádiz una cosa de éstas. Pasear para ver el ambiente, escuchar al cantante desde la lejanía como en aquellos años del Pemán en los que los gaditanos paraban fuera del Parque Genovés para escuchar cantar a artistas de la talla de Rocío Jurado o Isabel Pantoja. Si uno no ha hecho eso alguna vez en la vida: ¡tu no eres de Cádiz! Anoche ocurrió lo mismo. La necesidad agudiza el ingenio y muchos de los allí presentes se alineaban a la altura de una de las puertas de entrada al Muelle desde donde a través de un pequeño hueco se podía ver la pantalla que retransmitía el concierto.

No fue hasta las 22.33 que la voz de Ricky Martín al ritmo de la mítica y ya lejana María sonó, aunque he de confesaros no con demasiada fuerza. Tras una larga gira, la voz del puertoriqueño sonó con algunos tonos menos pero eso sí, entregándose al público desde el primer momento. Hasta diez minutos seguidos continuó cantando antes de saludar a los presentes con el clásico: «Buenas noches, Cádiz«. La tacita de plata bailó dentro y fuera del concierto al ritmo de temas tan conocidos como Livin’ la vida loca, She bangs o The cup of life, todas en inglés a pesar de tener su versión en castellano por cierto.
Ricky hizo uso, ¿quién no lo hubiese hecho con esa planta envidiable que posee todavía?, de su cuerpo a base de movimientos sexys y continuos cambios de vestuarios. Hasta con un sugerente batín se coló en una ocasión. Seguro que María Angeles, una sevillana que tuvo la suerte de subir al escenario con él jamás olvidará la experiencia.

Los temas continuaron sonando haciendo saltar al mismísimo Levante que no quiso perderse temas como La mordidita, Vente pa’ca, Pégate, La bomba, Adrenalina o Por arriba, entre otros muchos. Un viento que soplaba cada vez más fuerte.
La música tiene la magia de evadirte de los problemas diarios. Las calles que yacían llenísimas eran una prueba gráfica de ello. Alegría, risas y bailes en una noche que además despidió al caluroso agosto con la duda de si septiembre nos obligará a seguir utilizando el maldito ventilador. Todo apunta a que sí. ¿por qué zeñó? ¿Por qué?
@ManoloDevesa /