No quiero criticarla, no quiero criticarla

«Lo de Letisia… – decía el domingo con sus gafas en la mano el peculiar periodista Jaime Peñafiel en un programa de Telecinco – ha tenido más repercusión que lo de Urdangarín incluso«. Lo dijo él, no yo, lo prometo. Pero me temo que, por desgracia, es la pura realidad.

Los múltiples escándalos de corrupción política han terminado por inmunizar a la población sobre ese tema. España ha normalizado el que un político pueda cometer ciertos delitos porque «es lo normal». Incluso muchos, con la resignación por bandera, te dicen eso de: «Todos son iguales. Van a lo que van» e incluso hay quienes se atreven a decir: «ahora que robe otros«. Y se quedan tan panchos…

No es la Reina Letizia Ortiz quien viene a cargarse la Monaquía con un gesto feo hacia su suegra si no actos como los del yernísimo en el caso Noos

España ha dado más importancia a un simple gesto, desafortunado pero al fin y al cabo humano, que a un escándalo de la magnitud como el que ha hecho que Urdangarín se haya sentado en un banquillo. No es la Reina Letizia Ortiz quien viene a cargarse la Monaquía con un gesto feo hacia su suegra si no actos como el del yernísimo en el caso Noos.

«Doña Sofía ha aguantado carros y carretas y ahí está dando la cara como si nada hubiese pasado«. Es otra de las frases que se han repetido hasta la saciedad en estos días. Que alguien tenga la sangre fría para aguantar ciertos desplantes con la mayor de sus sonrisas no significa que los demás deban ser iguales.

Al final, uno termina sintiendo cierta vergüenza al comprobar que en los tiempos en que estamos, seguimos riéndole las gracias a alguien por el mero hecho de ser quién es. Cuando fue el mismísimo Rey Juan Carlos quien le hizo algún que otro desplante a Sofía en público, simplemente sonreímos e incluso se contó como una graciosa anécdota. Pero cuando le ha tocado a Letizia, medio país se le ha lanzado al cuello llamándola plebeya en el sentido más despectivo. Deberíamos preguntarnos si más que fidelidad al Rey, estamos ante un caso más de machismo…

Nada más ocurrir el famoso rifi rafe entre la Reina Letizia y la emérita Doña Sofía, entre los múltiples memes que pudimos ver rular por las redes, nos encontramos con la frase que el gran José Luis García Cossío hacía famosa el año pasado con su chirigota «Mi suegra como ya dije«: «No quiero criticarla, no quiero criticarla» en alusión a las malas relaciones entre suegra y nuera. Porque lo que ocurrió en la Misa de la Pascua no es si no un caso más de relaciones tensas con la familia política. Por muy Real o irreal que sean…

Lo realmente grave no es que Letizia sea capaz de mostrarse ante la emértia así en un acto público si no que un país entero se ponga las manos en la cabeza ante esto y sin embargo mire hacia otro lado ante otros actos más graves, muchos calificados incluso de delitos. Y no lo digo yo, lo dijo el domingo Jaime Peñafiel mientras sostenía sus gafas en la mano y te miraba como si estuviera por encima del bien y del mal.

@ManoloDevesa

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