Seguramente su imagen le habrá llegado a través de las diferentes redes sociales. Es el rostro de la desesperacion. Gabriel de solo ocho años, salió de casa de su padre en Nijar el martes en torno a las tres de la tarde para ir a casa de un vecino. Sólo había cien metros. Sin embargo, Gabriel no llegó nunca.

Imaginen como está la madre y su familia en general. Así que dentro de su comprensible desesperación ha rogado a la gente participación. Es tiempo de ayuda sin la necesidad de lanzar bulos que no hacen sino complicar la situación.

También ha pedido a la gente que deje de lanzar bulos porque los primeros momentos son claves para la investigación. «Ruego que nadie diga nada que sea verdad. No hay que hacer caso a los bulos. No hay furgonetas ni nada. Gabriel tiene que aparecer«, ha dicho entre lágrimas. Esperemos que aparezca.

@ManoloDevesa