El obispo que guardaba un terrible secreto en su tumba

Sitúense en 1709. En Lund, al sur de Suecia es sepultado Peder Winstrup, obispo de la catedral y uno de los padres fundadores de la Universidad de Lund. Atrás quedan sus enfermedades cardiovasculares, gota, cálculos biliares, enfermedad de Forestier-Rotés, caries, diabetes y probablemente hasta tuberculosis. Vamos, un canastito de chucherías el pobre hombre. Peder muere postrado en su cama, a los 74 años de edad y es sepultado en un panteón familiar, en la catedral de Lund.

Hasta ahí y por más duro que nos parezca, no deja de ser una historia más de las muchas sobre personas que viven a pesar de sus diversas enfermedades y que acaban sus días en una triste cama.

Sin embargo la historia del obispo comienza a cobrar importancia cuando en 1833, más de un siglo después de su muerte, el coro alto del templo es demolido y parte del panteón familiar también. Cuando abren su ataúd descubren un cuerpo en un estado de conservación excepcional. Para sorpresa de los investigadores, comprueban que el cuerpo no está embalsamado si no que está momificado de forma natural con aire seco. Entre otras razones, el hecho de que muriera en diciembre y fuese enterrado en enero, los meses más fríos del año, también ayudó. En el féretro había plantas, lo que seguramente protegieron al cadáver de los insectos…

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Aun así, la gran sorpresa está por llegar. En noviembre de 2013 cuando en un nuevo traslado del ataúd, lo vuelven a abrir y un equipo de investigadores tiene la oportunidad de examinarlo con más tranquilidad. Es entonces cuando descubren algo que les sacará de sus casillas: la presencia bajo los pies de Winstrup de un feto.
Un bebé, que según dicen, pudo pertenecer a una chica en su cuarto o quinto mes de embarazo y probablemente se tratara de un aborto. Según las investigaciones llevadas a cabo, estaríamos frente al caso de un ocultamiento por parte de un miembro del obispado que guardó al feto en el ataúd durante la organización del funeral del obispo.
El caso de Winstrup causó tanta curiosidad que su cuerpo fue mostrado en 2015 en medio de una gran conmoción. Aun no se sabe el parentesco que unía al obispo y al pequeño ser con el que compartió tantísimos años después de muerto…
@ManoloDevesa

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