Treinta y tres mil anuncios, Covirán hasta en la sopa, que si las menciones, las sobreimpresiones cada dos por tres… Seguro que es usted de los que se queja de las retransmisiones de Canal Sur y añora los tiempos en que las finales no tenían tanta publicidad ni parafernalia. Es muy respetable. Pero debe saber que son las armas con las que cuenta la televisión pública de hoy para sobrevivir.

Mira que me puede la nostalgia pero también es cierto que haciendo un poco de memoria, los que tuvimos la oportunidad de disfrutar de las finales de los 80 y 90 sabemos qué es ver una final aperreados de verdad.

Para empezar olvídense de verla entera. No porque su duración fuera muy larga si no porque directamente la veíamos empezada. Así. Antes de que Canal Sur naciese, era TVE a través de conexiones territoriales las que retransmitían el concurso. Una maravilla. Emitían la programación  habitual y cuando a ellos le parecían bien conectaban con el concurso. Olvídese de escuchar el repertorio entero. No porque lo cogiéramos empezados, que también, si no porque el locutor de turno hablaba por encima de lo que estuviesen cantando. Como lo leen. Algo impensable a día de hoy. Para prueba un botón…

Pero como dice el refrán que es de bien nacidos ser agradecidos, también hay que reconocer la excelente labor de TVE en aquella época como hoy ocurre con Canal Sur. Sin ellos, ninguna de las joyas que descubrimos por YouTube tendríamos hoy. Las finales de antaño tenían esa pizca de inocencia hoy desaparecida, la ilusión de ver los tipos de las agrupaciones que hasta entonces debíamos intuir por las descripciones de la radio.

Pero los tiempos han cambiado. El carnaval es capaz de convertirse ahora  en viral, en motivo de debate nacional e incluso provocar los piropos de rostros conocidos del panorama español. La difusión que le ha dado Canal Sur a la fiesta a lo largo de estos años bien valen menciones, sobreimpresiones y hasta el anuncio del Coviran. Agradecido.

@ManoloDevesa