CIUDADANOS ganaba anoche las elecciones catalanas entre gritos de alegría y grandes dosis de impotencia. El partido liderado en Barcelona por Inés Arrimada lograba una histórica victoria aunque no suficiente para poder gobernar.
Porque tal y como muchos ya advertíamos, ni la convocatoria de elecciones ni la polémica aplicación del artículo 155 iban a servir para curar una herida que se hace cada vez mas grande entre los catalanes.
El problema en Cataluña es demasiado complejo y profundo como para zanjarlo con un par de decisiones. Cada persona es un mundo y entre los catalanes hay razones para todos los gustos a la hora de defender su postura en cuanto al independentismo.
Las redes sociales me daban la oportunidad ayer mismo de ser testigo de un interesante debate cuya conclusión, más allá del tema de sentirse o no de un lugar en concreto, eso no se elige, se podría resumir en una sola palabra: decepción. Decepción por la actitud y las posturas tomadas por el Gobierno central que poco a poco han hecho que esa especie de orgullo que se supone se debe tener por un país, se convierta en vergüenza.
Sin embargo claro que estoy de acuerdo con quienes dicen que la independencia tampoco es la solución para el problema con Cataluña. En torno a eso un propio independentista pronunciaba una frase clave, al menos para mí, en toda esta historia: «Lo que España tiene que hacer es convencernos para que nos quedemos, no decidir si podemos irnos o no«. En eso estoy de acuerdo al 100%.
@ManoloDevesa