Nada. De nada le ha valido a Luiti Madueño haber removido cielo y tierra para no abandonar su rincón gastronómico en la plaza Fragela. De nada sirvió la campaña de recogida virtual en change.org contra el cierre, ni las mediaciones que intentó el alcalde José María González. Por no valer, no valió ni siquiera que el propio Madueño se ofreciera a pagar por adelantado seis meses de alquiler con tal de al menos aprovechar los meses de Navidad y Carnaval. Finalmente EL RINCÓN DEL MADUEÑO tendrá que cerrar tras no llegar a un acuerdo con la Fundación Adolfo Carneiro, propietaria del local.

La solución que le daban a Luis era del todo inviable a su juicio ya que le ofrecían un local en la esquina de Benjumeda y Ceballos, pero que había que acondicionar invirtiendo al menos 60.000 euros. Algo que no puede permitirse entre otras cosas porque aun está pagando el préstamo que pidió para la reforma que hizo en 2012 en el local que en breve deberá abandonar.

El caso de Madueño no es por desgracia el único en la ciudad. El negocio de los alquileres es de los principales problemas con los que se encuentran los negocios para subsistir. Locales pequeñísimos por los que se pide una barbaridad o grandes pero cuya cuota es igualmente abusiva. ¿Se han fijado en la calle Ancha los que hay cerrados? ¿Y los del resto de Cádiz? ¿Por qué será? ¿Todos van a fracasar?

En el caso de Madueño además, como él mismo dice, no solo es cambiar de local y arreglarlo, sino saber si el negocio funcionará allí, donde es más complicado poner terrazas, y arriesgarse a que le ocurra otra vez lo mismo. Normal que ya la confianza se quiebre…

No sabemos los planes que la Fundación Adolfo Carneiro, dependiente del Obispado de Cádiz y Ceuta, tiene para las fincas de los locales afectados. Solo esperamos que dentro de un tiempo no las veamos vacías y abandonadas, como ocurre con otras muchas de nuestra ciudad. Una imagen lamentable no ya solo para el turista que nos visita, si no para los que vivimos aquí el día a día.

@ManoloDevesa