He llegado a la conclusión de que, o a mí me convence cualquiera, o mi objetivo de ser lo más imparcial posible va camino de ser una realidad. Porque si uno ve los Plenos del Ayuntamiento, en algún momento le da la razón a todos. Con más o menos intensidad.
Sin embargo las calores no han sentado nada bien a los políticos de esta ciudad y para muestra un botón. Si el señor Perez Dorado mandó en su día a «hacer puñetas» al alcalde de Cádiz, ayer su compañera de partido María Fernández Trujillo parecía estar desatada. La concejal tildó al equipo de gobierno de incapaces e insinuó que quizás el hecho de que sigan teniendo relación con la empresa Sufi-Cointer sea por algún tipo de interés, razón por la cuál el alcalde ya ha manifestado que emprenderá acciones legales por estas declaraciones.
Sin embargo el punto fuerte del Pleno era la reprobación que el PSOE pedía sobre David Navarro a consecuencia del hotel del Estadio que sigue sin venderse. Sinceramente, aquí hay sentimientos encontrados. ¿Cómo se les ocurrió meter su venta en los presupuestos antes de venderlo? Bastantes veces se les advirtió desde muchos sitios que aquello era una locura. La propia oposición se negó en bloque. Y con razón. Fue vender la piel del oso antes de haberlo cazado.
Otra cosa es el embolao en que se metió el anterior equipo de Gobierno con Teófila a la cabeza endeudándose en treinta y ocho millones con algo que se sabía era difícil salir airoso… Contra ella no hubo reprobación alguna, se quejaba Navarro a Fran González en uno de sus discursos más duros.
El alcalde también tuvo palabras para todos: a CIUDADANOS le dijo que Navarro no es ningún ratero y que ello le capacita para ser concejal de Hacienda, al PP que se le debería de caer la cara de vergüenza por sumarse a la reprobación haciendo alusión una vez más a la deuda dejada y al PSOE directamente los llamó cobardes.
David Navarro dejó claro que no tiene intención de dimitir. Por lo que tal y como el propio alcalde colgaba en su polémico twitt, Navarro se queda.
@ManoloDevesa