Tradiciones

Sábado por la mañana. Las teles hace tiempo que se olvidaron de esta franja horaria. Por eso a la misma hora que un día triunfaron programas como La Bola de Cristal o Cajón Desastre, hoy solo tenemos repeticiones por doquier de programas basados en el zapping o en reportajes callejeros. Y la televisión pública no iba a ser menos.

Es en TVE donde veo un contenido que por más que trato de entender me escandaliza. El programa se llama COMANDO ACTUALIDAD. Es una reposición que data de 2013 y en él se cuentan diferentes fiestas típicas del verano. Ya saben, esas en la que la tradición está por encima de la coherencia. 

La primera que pillo haciendo zapping responde al nombre de la fiesta del Colacho. Personaje que representa al diablo y cuya misión es impedir la celebración de la fiestas que van desde la Misa hasta las danzas. Los niños y el pueblo en general lo insultan y éste los persigue. El momento más surrealista llega cuando tras la procesión, se bendice a los bebés nacidos durante el año a quienes colocan en colchones en plena calle para que el Colacho, un tío como un trinquete, salte por encima de ellos.

De Murcia nos trasladamos a Sabucedo, lugar situado en el sur del Concello de A Estrada (Pontevedra) donde se celebra «A rapa das bestas de Sabucedo», una fiesta donde por una parte se pide protección para los animales a través de la “misa de la alborada” y por otra se va en busca de caballos para reunirlos y cortarles las crines, que no es otra cosa que el pelo largo que les crece en el cuello. Aunque también se animan a cortarles el de la cola. Claro que para llegar a ese momento, los llamados “aloitadores” utilizarán todas sus fuerzas para inmovilizar al pobre animal ya sea subiéndose encima de malas manera, agarrándolo fuertemente, tapándole los ojos o tirándolos al suelo. Supongo que desde dentro se verá con otros ojos. Los míos solo ven una vez más un trato totalmente innecesario a un animal convertido de nuevo en la gran atracción de la fiesta.

Nos vamos para el sur. Concretamente a Málaga donde celebran el día grande los marineros: el día del Carmen. Una tradición donde los únicos que sufren son los que deciden portan los famosos tronos de rodillas para entrar al mar.

Finalmente el programa acaba en Cádiz. En la playa de la Caleta. Donde el bingo se convierte de nuevo en el juego de mesa preferido de unas mujeres que intentan hacer frente al calor con humor. Como todo en esta bendita tierra. La misma que da la bienvenida a un sevillano vendedor ambulante de dulces que se pasea por la playa buscándose la vida como buenamente puede. El programa se acerca a Las Flores y a una churrería muy famosa del Puerto de Santa María.

Es cuando un cosquilleo me recorre el estómago. Primero de angustia por ver como seguimos empeñados en sostener tradiciones prehistóricas cuyo único aliciente es el trato vejatorio a los animales. Por otra parte, mi cosquilleo también es de orgullo tras comprobar que no nos hace falta ese tipo de lamentables festejos para poder presumir de verano gracias a uno de nuestros mayores tesoros: el afable carácter del gaditano. ¡Cai!

@ManoloDevesa

Deja un comentario