Es curioso como paseando por la ciudad uno se da cuenta del abandono a la que está sometida. Y lo es más si uno observa que no son solo las Administraciones Públicas las que se olvidan de las ciudades. A veces son los propios ciudadanos o empresarios los que le hacen un flaco favor.
En la calle Cánovas del Castillo puede haber desde hace al menos la friolera de tres años o más un local que pretende ser una coctelería árabe. Al menos el nombre de la misma, Origen, está escrita así. Pero su cartel de PRÓXIMA APERTURA se va a caer de viejo de la de años que lleva puesto. Lo mismo ocurre con una cafetería en la calle Corneta Soto Guerrero que llevan unos meses por el estilo. ¿Qué ocurre con el local que en la calle Ancha ocupó la tienda de ropas Caramelo?
A veces no es que los emprendedores se arrepientan y se echen atrás. Son muchas las vicisitudes por las que pasa el pequeño empresario que quiere abrir un local. La principal de ellas es el abusivo precio de sus alquileres y luego las trabas a nivel burocrático a la que están sometidos.
No estaría de más que dejáramos por un momento de culpar a los políticos de todos los males de la ciudad y mirarnos nosotros un poco. No podemos pretender por mucho que queramos, enfrentarnos a alquileres tan altos en una ciudad como ésta. Chico favor les hacen al comercio gaditano aquellos que su única aspiración es la de vivir de sus alquileres a costa del hundimiento de su ciudad.
@ManoloDevesa