Cuando El Nazareno bajó de su camerín para acabar con la epidemia de peste

Sin duda alguna, de las leyendas que se cuentan de nuestra Semana Santa, es la del Nazareno la más popular. Aquella que despierta en quién la escucha una sensación de curiosidad independientemente que uno se la llegue a creer o no.

Es de noche y la calor aprieta. Es verano, 21 de Julio de 1681. Una monja reza en la capilla del Nazareno. Probablemente lo hace para pedir por la cantidad de personas que están pereciendo por culpa de la terrible epidemia de peste por la que pasa la ciudad y en la que nadie está completamente a salvo. De pronto, una imagen la saca totalmente de sus casillas: con sus propios ojos ve como el Nazareno y María Magdalena bajan del camerín y recorren juntos las solitarias calles de la ciudad hasta llegar al Hospital Real. Tanto Jesús como María visitan cada una de las habitaciones y a su paso hacen desparecer la horrible enfermedad.

Es esta la razón que lleva a la ciudad a nombrar al Nazareno como Regidor Perpetuo y a María Magdalena, Protectora de la Ciudad. El mismo por el cuál el Señor procesiona acompañado por María Magdalena en actitud suplicante. Sin duda, una leyenda que independientemente de la credibilidad que se le pueda dar, forma parte de esas entrañables y asombrosas narraciones que uno escucha desde la inocencia cuando es un niño.

@ManoloDevesa

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