El Arco de la Rosa: historias y curiosidades de un rincón emblemático

Nos detenemos hoy en una de las tres antiguas puertas que tenía el Castillo de la Villa en nuestra ciudad. Su nombre se debe a la capilla dedicada a la Virgen del Rosario o de la Rosa. Hoy descubrimos curiosidades e historias sobre uno de los arcos más famosos de Cádiz: el de la Rosa.

Situado en la plaza de Pío XII, se construye en el siglo XIII en tiempos de Alfonso X el Sabio. El arco de la Rosa nos lleva a abrir la puerta al Cádiz medieval. De manera que al otro lado sólo solo había campo con plantaciones que daban al barrio de Santiago. De hecho, se llegó a llamar «Puerta de Santiago» por estar frente a él. Es testigo del pasar del Cabildo municipal en los tiempos de procesiones como las del Pendón Real, donde se iba a caballo. Junto a él es posible que existiesen establecimientos donde se construían o reparaban embarcaciones. De ahí que los pescadores se reuniesen allí.

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Poca gente sabrá que frente a él se alzaba una enorme torre hoy desaparecida donde sobre ella se podía ver la imagen del arco realizada en alabastro (piedra blanca como el mármol) para ser sustituida por una de Nuestra Señora del Rosario. Aunque debido a su veneración, el pueblo la denominaba Señora de los Milagros.

Por aquel tiempo y viniendo de lo que hoy es el Pópulo, uno salía a una pequeña plaza llamada «de las Tablas», donde se montaban los patíbulos. Cuando a finales del siglo XIX, se comienza a construir la plaza de la Catedral, la plazuela desaparece.

¿Por qué se llama «De la Rosa»? Sobre esta cuestión hay dos teorías: aunque es muy probable que su nombre se lo deba a la capilla de la Virgen de la Rosa que había justo al lado, existe otra teoría que apuntaría al capitán Gaspar de la Rosa, que vivió en la ciudad en el siglo XVIII.

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La Virgen de Los Milagros. Sin embargo hay una historia que nos llama poderosamente la atención en torno a la figura de la Virgen del Rosario de los Milagros: en 1618 el Cabildo Eclesiástico, con el ánimo de evitar profanaciones, comienza a oponerse a la tradición de venerar imágenes en plazas y lugares públicos. Su idea es llevarla en procesión hasta la Catedral y venerarla en su interior. Pero cuando los vecinos de Cádiz se enteran de los planes del Cabildo, recurren al Ayuntamiento indignados para que aquello no se lleve a cabo, cosa que no consiguen. Aún así, los gaditanos no se dan por vencidos e idean un plan para que la Virgen continúe junto al Arco de la Rosa construyendo una capilla en la torre. Llegan a iniciar incluso una recogida de limosnas a través de dos Franciscos: Fantoni y Lamadrid. Pero todo es en vano. Hoy día, la imagen de Nuestra Señora del Rosario de los Milagros, continúa en la Catedral Vieja.

La historia se repite. Muchas décadas después, en 1764, el capellán del Coro de la Catedral que también administraba el santuario o capillita de Nuestra Señora de la Rosa decide hacerle un camarín y capilla en plena plazuela de las Tablas. El Ayuntamiento no pone problemas y dicho y hecho, se lleva a cabo. Aunque de nuevo el Cabildo Eclesiástico se interpone como ocurriese años atrás y se vuelve a llevar ahora a la Catedral Nueva la imagen. Imaginen la que se lía en el barrio cuando por segunda vez, la voz del pueblo en torno a una imagen no es escuchada por el Cabildo. Es más, no solo no se conforman con poner a la Virgen en la Catedral si no que afirman que la torre donde tiene lugar el camarín debe derribarse por la estética de la plazuela. Años más tarde, don Macario del Campo se hace con el terreno que ocupaba en la rinconada de dicha la imagen de Nuestra Señora de la Rosa.

@ManoloDevesa

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