Aquellos sábados gaditanos: de SIMAGO al MERCADO o LA GUAPA

Sábado gaditano. Hablo de los 80, la década que me vio crecer. Los sábados por la mañana tenían un sabor especial. Al pan tostao de tu propia casa o a los churros de la Guapa que uno se tomaba con sus padres y sus hermanos en su periplo por el casco antiguo de la ciudad. Les invito a pasear un rato por aquellos sábados donde EL MELLI seguía vendiendo cassettes de Paco Alba o los pollos de SIMAGO presumían de su mala cara…

fb_img_1487887029756

«Mamá nosotros nos quedamos en Simago ¿eh?» solíamos decirles a mi madre en esa edad del pavo en la que todo te molesta. El olor a pescado de la plaza era algo insoportable de aguantar. Al menos para mi delicada nariz. Así que mientras mis padres se gastaban «los dineros» en el «economato» como lo llamaba mi adorable abuela, nosotros nos entreteníamos en el supermercado más famoso del momento: SIMAGO, con esas escaleras mecánicas que tanto furor causaban. Pregúntenle si no a mi hermano que las bajó de cabeza por el mismísimo barandal. ¡Que susto más grande».

bzdfydpigaa49mr
¿Puede haber fotografía más gaditana? La fachada de SIMAGO con la fila de coches aparcados cuando podían acceder al centro y la furgoneta de otra eminencia del comercio gaditano, EL FARO.

Tras trastear de lo lindo por las instalaciones de SIMAGO, uno entraba en el MELLI a curiosear entre la inmensa cantidad de cassettes y discos de artistas tan dispares como la Pantoja, Julio Iglesias, La Jurado, Europe, los chistes de Paco Gandía, Arévalo o por supuesto la imponente colección del Carnaval de todos los tiempos que por entonces se vendían como los churros de la mismísima Guapa, justamente al laíto.

melli-guapa
Hay quienes dicen que aquellos viejos puestos dieron cobijo a unos churros que nunca supieron igual con la instalación de los nuevos kioscos. Está claro que en nuestra memoria los recuerdos siempre son mucho mejores que la realidad porque lo cierto es que los puestos en los que hoy se alojan las churrerías y la pollería son infinitamente mejores que aquellos por muy entrañables que nos parezcan hoy día.

Mamá y papá tardan. Son cerca de las dos ya. El olor a pollo de los puestos junto a la Guapa viajaban hasta el interior de nuestras pituitarias haciendo rugir el estómago como los leones de correos de la plaza de las flores.

paseo-por-el-centro-de-cadiz-144
¡Al rico pollo asado! Qué fantástico olor el que desprendían sus hornos. Hacían resucitar a un muerto. El mismo olor por cierto que debían llevar las prendas de ropas que los puestos colindantes vendían y que también formaban parte de aquel sencillo «centro comercial gaditano». Con el pollo, las patatas del indio y un cuartito de aceitunas, uno era el más feliz del mundo. Aunque eso treinta años después sigue ocurriendo…
img_20160519_114012
Como cuando los padres entraban en la plaza uno nunca sabía cuando iban a salir, nos daba tiempo incluso a asomarnos a los rancios pero a la vez entrañables escaparates de la Trastienda de la Casa de Crespo donde tenían cabida desde jaulas de pájaros hasta utensilios de cocina. En la puerta podíamos encontrarnos perfectamente un cartel donde rezaba: «Ahora vuelvo». Que arte más grande!
central06
Poco a poco, la plaza iba quedándose vacía, los puestos iban recogiendo su mercancía y la mañana del sábado iba apurando sus horas como el dinero de los gaditanos que como locos hacían sus compras el fin de semana. Aun quedaba alguna chatarrilla para tomarse una cerveza el domingo por la mañana en la plaza Mina o comprar alguna menudencia en el mismísimo baratillo.
plaz3-500x299
Con el tiempo, la Plaza de abastos fue remodelada con la supresión de los puestos que dormían en sus paredes como la churrería, el Melli o el asador de pollos. Durante dos años, la plaza sufrió las desesperaciones de toda obra. A la vuelta, la Plaza de la Libertad era otra. No solo por su su nuevo diseño si no por el adiós de algunos de sus emblemáticos comercios: ni Simago ni la Trastienda de la Casa Crespo resistieron el paso de los años. Los tiempos estaban cambiando…

Texto: @ManoloDevesa / Fotos: Diario de Cadiz, Asodemer

Deja un comentario